martes, 31 de diciembre de 2013

La delicadeza

El año 2013 ha terminado con la lectura de esta delicadeza, un libro escrito con elegancia, con suavidad. Una historia que mientras leía me recordaba insistentemente a una amiga mía que acaba de enterrar a su marido.
Este libro lo compré el verano pasado en una papelería de Isla Cristina, y lo he empezado ahora, pero ha sido una casualidad el que la historia real de esta amiga mía haya coincidido con su lectura. Esto ha hecho que valore más el trabajo de su escritor, David Foenkinos, ya que ha incluido muchos sentimientos que se pueden comparar con los que mi amiga vive: la culpabilidad, la fuerza y la fragilidad a un mismo tiempo, la necesidad y la incapacidad de recomponer toda una vida tras la muerte de la pareja.
Me ha hecho disfrutar tanto que no he dudado en regalarlo estas navidades a mi hermana y en recomendarlo a los amigos.

jueves, 26 de diciembre de 2013

José Cadalso, una vida desengañada

A Cadalso, como después a los escritores de la Generación del 98, "le dolía España". Movido por una honda preocupación por los asuntos de su país, Cadalso realizó en sus Cartas marruecas un fino análisis crítico de la sociedad española. Como él mismo decía, "he dado a luz un papel, que me ha parecido muy imparcial, sobre el asunto más delicado que hay en el mundo, cual es la crítica de una nación".

1. Biografía
Nacido en Cádiz en 1741, José Cadalso perteneció a una familia acomodada. Tuvo, sin embargo, una niñez desgraciada, puesto que, muerta su madre cuando él tenía dos años y ausente su padre por cuestiones de negocios, el niño quedó al amparo de su familia materna. Él mismo se lamentaría después de "la desgracia que me acompaña desde la niñez".
Cadalso fue militar de carrera desde los 21 años y simultaneó esta actividad con la de escritor. Y fue el ejercicio de las armas lo que acabó con su vida cuando tenía cuarenta años, ya que murió por una herida de granada en el asedio de Gibraltar el año 1782.
Una circunstancia de la vida de Cadalso que tuvo una importancia decisiva para su obra fue la esmerada educación que recibió tanto en España como en Francia. Esta formación se vio ampliada con diversos viajes por Europa. En ellos tuvo ocasión de conocer otras culturas que le proporcionaron los elementos de comparación necesarios para poder analizar su propio país, tal como hizo en sus Cartas marruecas.
Otra circunstancia vital que influyó en su obra fue su amor hacia la actriz María Ignacia Ibáñez, un amor muy breve y desdichado, ya que la joven murió un año después de que ambos se conocieran. Esta desgracia sumió a Cadalso en una profunda desesperación. Fue entonces cuando escribió sus Noches lúgubres, obra en la que el autor se muestra como precursor del Romanticismo.
La orfandad, el amor frustrado y algunas otras vivencias negativas fueron perfilando una personalidad pesimista. El propio Cadalso se ve como una persona que ha madurado prematuramente cuando, refiriéndose a sí mismo, dice:

Desde niño tuvo lances de hombre, y de joven desengaños de viejo.

2. La crítica de la realidad
De acuerdo con los principios de la Ilustración, muchos escritores del siglo XVIII adoptaron en sus obras una actitud crítica y didáctica, con el fin de contribuir a mejorar la sociedad en la que vivían. Así lo hicieron, entre otros, Feijoo y Jovellanos en sus ensayos, Moratín en su teatro o Iriarte y Samaniego en sus fábulas. También Cadalso adoptó esta actitud crítica ante la España del momento. Y a diferencia de otros autores, su educación en Francia y sus viajes por Europa le dieron la oportunidad de contrastar la realidad y las costumbres españolas con las de otros países europeos.
En el siglo XVIII se desarrolla además un subgénero narrativo muy adecuado para analizar la realidad social y las costumbres de un país: los libros de viajes. El viajero que recorre con detenimiento un país que no es el suyo percibe con mayor objetividad los vicios y las virtudes de las gentes, y ello le permite alabar lo bueno y denunciar o censurar lo malo sin ningún apasionamiento. Cadalso se inscribe en esta tradición y adopta el libro de viaje como un procedimiento. Así, en su obra Cartas marruecas ofrece el análisis de la sociedad española desde la óptica de un extranjero que recorre el país.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Lo que esconde tu nombre

Este libro fue el regalo de Reyes de las pasadas navidades. Pero no lo he empezado hasta octubre, y me ha llevado dos meses. No me ha entusiasmado, la verdad, más bien me ha resultado largo para contar tan poca cosa.
Se trata de un libro lento, cuyos personajes no están suficientemente bien definidos, digamos que no se les coge aprecio como para interesarse por sus historias.
Para mí, a este libro le falta corazón, tensión, energía... 
Cuando le dieron el Premio Planeta 2013 a Clara Sánchez por su novela El cielo ha vuelto, en esa noche yo estaba leyendo ésta, y me alegró mucho el premio en ese momento. Permitió que confiara en esta autora y en este Lo que esconde tu nombre.
Pero ahora que lo he terminado, no encuentro criterios positivos para recomendarlo.
En fin, pasaremos a otra cosa.