miércoles, 26 de marzo de 2014

HHhH

El primer elemento novedoso de esta novela es su título: HHhH. El autor consideró titularla como "Operación Antropoide", nombre que tuvo en realidad la misión de los dos miembros de la resistencia checa contra el nazismo alemán. Pero el editor consideró que ese título confundiría al lector, pensando que sería ciencia ficción y perjudicaría a su finalidad de literatura histórica.
Y el título finalmente elegido es mucho más evocador, abriendo así todo lo que de innovador tiene este trabajo. HHhH son las siglas de Himmlers Hirn heisst Heydrich, "el cerebro de Himmler se llama Heydrich".
Y el segundo elemento novedoso son las continuas reflexiones del autor acerca de cómo escribir una novela histórica, centrada en unos personajes de enorme calado en el siglo XX europeo, como fueron Reinhard Heydrich, segundo de las SS y jefe de la Gestapo, nombrado Protector de Bohemia y Moravia, actual República Checa, y presidente de la Conferencia de Wannsee, donde se planificó el exterminio del pueblo judío, y los sargentos Jan Kubiš Jozef Gabčík, reclutados por la resistencia checa en Reino Unido para atentar en Praga sobre el Reichsprotektor.

viernes, 21 de marzo de 2014

La poesía romántica y posromántica

 La poesía romántica 
Triunfa bien entrado el siglo XIX. Los poetas de esta etapa partían de formas y poemas neoclásicos. Es hacia 1840, por influjo de escritores en el exilio que admiran y recogen la poesía romántica europea, cuando comienza a ser acogida en España.
En líneas generales, lo mejor de la producción poética en esta primera etapa se encuentra en los poemas narrativos, con protagonistas marginados de la sociedad -el verdugo, el corsario, el mendigo...-, que cantan vehementemente los motivos de su rebeldía y su afán desenfrenado de libertad.
En la métrica es momento de recuperar formas métricas de épocas pasadas, y de mezclar ritmos y formas de distinta medida (polimetría y pluriestrofismo) según lo requieran la situación y el sentimiento predominante.
El estilo de estos poemas es grandilocuente, abundando los signos expresivos (puntos suspensivos, exclamaciones, interrogaciones...) y las figuras literarias brillantes.
El gusto por los lugares lejanos y exóticos queda de manifiesto en ciertos poemas de Zorrilla: los orientales, ambientados en un mundo árabe.
El medievalismo supuso retomar hechos y personajes de la Edad Media.
Los mejores y más celebrados poetas son, a su vez, casi todos ellos, autores de teatro. La mayoría comienza su andadura escribiendo poemas de estilo neoclásico. Destacan:
- Martínez de la Rosa, que aún escribe anacreónticas y poemas bucólicos: La barquera, La aparición de Venus.
- Duque de Rivas, tras su destierro en Europa, especialmente en Malta, donde se empapa de la estética romántica, que trae a España. Escribe El moro expósito -que desarrolla la leyenda del vengador de los infantes de Lara, Mudarra González- y una serie de romances históricos, donde recoge temas del pasado medieval español.
- Espronceda y Zorrilla, con sus leyendas en verso, entre las que sobresale A buen juez, mejor testigo y Margarita la tornera. De los poemas orientales, destaca Granada.

 La poesía posromántica 
Se escribe pasada la mitad del siglo XIX y es contemporánea de la literatura de tránsito hacia el Realismo. Está representada por Gustavo Adolfo Bécquer, el más romántico de los posrománticos, y por una poetisa gallega, Rosalía de Castro. En sus obras predomina un lirismo sentimental cargado de nostalgia y melancolía.


Espronceda
(1808-1842)
 José de Espronceda 
Nació en Extremadura por estar su padre destinado allí, en el seno de una familia acomodada. En su educación influyó mucho su madre. Desde muy joven se instala en Madrid, donde se dedica a la literatura y a la política; pertenecía a la sociedad secreta de liberales exaltados, Los Numantinos, lo que le obligó a abandonar España. Se le atribuyen unos amores con Teresa Mancha, a quien conoció en Londres y quien, una vez muerta, le inspiró el Canto a Teresa, su poema de amor más logrado.
Tras recorrer varios países europeos, pudo volver a España aprovechando una amnistía de Fernando VII. Sigue militando en posiciones liberales, lo que le acarrea algunos problemas. Muere repentinamente de difteria.
De Espronceda se tiene una imagen casi mítica, típicamente romántica, por sus amores y su rebeldía política, exponente de la lucha de la burguesía por el poder, frente al absolutismo de la corona. Tuvo fama de bohemio y aventurero, de extremista y burgués. Lo que sí es evidente es que luchó en favor de un cambio de la sociedad española.

¿Qué escribe?
Su poesía sigue, en un primer momento, las directrices neoclásicas. El Pelayo es su mejor poema de esta etapa. Durante su estancia en Europa toma contacto con el Romanticismo, movimiento al que se pueden adscribir sus mejores obras.

En verso
Cantos a la libertad, a los comportamientos antisociales: Canción del pirata, Del mendigo, Del verdugo..., y otra serie de tipos que se enfrentan con la sociedad; El estudiante de Salamanca, siguiendo la tradición del mito de don Juan; El diablo mundo, poema no acabado que contiene el Canto a Teresa, recoge el mito de la eterna juventud, y que se desarrolla en los barrios bajos de Madrid.
En prosa
Fiel a su condición de romántico, escribe una novela histórica, Sancho Saldaña, llena de aventuras y percances desdichados, en torno al feroz protagonista y la dama de sus amores, doña Leonor.
En el teatro no tuvo mucho éxito. Se salva un drama, Doña Blanca de Borbón, la infortunada esposa de Pedro I el Cruel, asesinada por éste.

Su vocabulario responde al gusto romántico por lo misterioso, fantástico y quimérico, salvo en los poemas de corte neoclásico como El Pelayo, donde predomina el léxico culto y el sentimiento contenido.
Su vehemencia y ansia de libertad se traduce en polimetría, exclamaciones, preguntas retóricas, subjetividad y pasión.

 Gustavo Adolfo Bécquer 
Bécquer
(1836 - 1870)
Nace en Sevilla, y en realidad se llamaba de apellido Domínguez Bastida, pero tanto su hermano pintor, Valeriano, como él deciden tomar el segundo apellido de su padre como nombre artístico.
Quedó huérfano muy niño, pasando a vivir con su madrina, en cuya casa tuvo ocasión de leer a los más célebres románticos. Estudió pintura en el taller de su tío.
Tras lograr que le publiquen dos composiciones poéticas en una revista madrileña, se traslada a Madrid con más ilusiones que medios de subsistencia. Allí le espera toda clase de penalidades: el trabajo mal pagado, la estrechez económica, el hambre y la enfermedad. Colaboró en algunas revistas, adaptó algunas obras de teatro, fue censor de novelas y escribiente "fuera de plantilla".
Tampoco en el matrimonio con Casta Esteban, hija del médico que le trataba su enfermedad, tuberculosis, fue feliz. Sus versos se inspiraron en otra mujer.
Cuando la enfermedad ya era invencible se retiró al monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. A poco de morir su hermano, con quien estaba muy compenetrado, abandonado por su mujer y pobre, muere en Madrid.

¿Qué escribe?
Cultivó el verso -las Rimas- y la prosa -Leyendas, Cartas desde mi celda y Cartas literarias a una mujer.
Las Rimas son 79 poemas breves, de las cual sólo quince logró Bécquer ver publicadas. El resto vio la luz una vez muerto el poeta, por diligencias de sus mejores amigos, quienes le habían regalado un cuaderno para que recogiera todos sus poemas.
Las rimas aparecen sin título, van encabezadas por una numeración romana y tratan de varios temas con cierta unidad: la poesía, la inspiración, el poeta; el amor, la belleza de la amada; el desengaño, los celos, la desilusión; la soledad interior, el vacío, la angustia de la muerte.
Las Leyendas, manifestación de lo fantástico en Bécquer, son narraciones breves en prosa que se publicaron en periódicos. Para Bécquer las leyendas son relatos populares de transmisión oral, con cierta finalidad moralizante, que él recrea con versión personal y, por tanto, lírica. Entre las más conocidas se encuentran El Monte de las Ánimas, El Miserere y Maese Pérez, el organista.
Bécquer como poeta elige un tipo de poesía "breve, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con la palabra". Su poesía ha influido en los mejores poetas del siglo XX, abriendo una línea de poesía desnuda, que busca lo esencial de la palabra.
Su prosa logra una extraordinaria calidad literaria, con variedad de recursos estilísticos y rica adjetivación.

domingo, 16 de marzo de 2014

El teatro romántico

Las tres primeras décadas del siglo XIX muestran una clara decadencia teatral en España, de ahí que la nueva propuesta dramática, presentada por los románticos, lograra un éxito rotundo.
Los dramas románticos, como todo el Romanticismo en España, llegaron algo tarde a la escena y sólo permanecieron en ella durante unos veinte años.

Características del drama romántico
  • Rompe con las normas neoclásicas:
    • Mezcla la prosa y el verso, más por afán de originalidad que por necesidad del tema.
    • Mezcla lo trágico con lo cómico, no con deseo de acercarse a la realidad, sino por la libertad ante toda atadura formal.
    • Rompe la unidad de lugar, desarrollando la obra en países diversos y en ambientes tan diferentes como el interior de un palacio, un castillo o una mazmorra lúgubre, un panteón o unas ruinas en un paisaje desolado.
  • El héroe romántico suele presentar unos rasgos determinados:
    • Origen oscuro o misterioso.
    • Contradictorio en sus manifestaciones, buenas o perversas según las ocasiones.
    • Le persigue la fatalidad porque, buscando la felicidad, el amor, sólo logra la desgracia propia y la de aquellos que lo aman.
  • La heroína suele ser una mujer bella, pura, sensible, dispuesta a cualquier sacrificio por las personas a quienes ama, pero sin lograr más que sufrimiento y muerte.
  • El tema más repetido es el amor, que genera un fuerte conflicto. Los enamorados, jóvenes, hermosos, buenos, se ven envueltos en un torbellino de intereses contrapuestos, que los arrastra separándolos. Los demás personajes sólo existen para desarrollar el conflicto, o para ver acercarse, con impotencia, el cruel final que el destino reserva a la pareja.
El drama romántico hereda muchos elementos del drama calderoniano, especialmente la intriga llena de peripecias inesperadas. Pero, además de no ser de tan alta calidad, se diferencian en que el drama romántico suele tomar algún personaje histórico (sin intentar hacer historia), centra la atención casi exclusivamente en el conflicto amoroso y enfrenta la libertad del héroe contra la presión de grupos e intereses que acabarán destruyéndolo.
Las obras más representativas, aparte de los del Duque de Rivas y las de Zorrilla, que veremos a continuación, fueron El trovador, de García Gutiérrez; Los amantes de Teruel, de Hartzenbusch, y Macías, de Larra.

Zorrilla (1817-1893)
 José Zorrilla y Moral 

Nace en Valladolid en el seno de una familia adicta al absolutismo de Fernando VII, que fue confinada en Lerma al llegar los liberales al poder.
Comenzó los estudios de Leyes en Toledo y Valladolid, pero se escapó a Madrid para llevar una vida más bohemia. Se dedica al periodismo, escribe poemas y se da a conocer en el círculo romántico durante el funeral de Larra leyendo unos versos de exaltación del Romanticismo.
En su primer matrimonio tuvo problemas a causa de los celos de su mujer, mayor que él y madre de un amigo suyo. Zorrilla huye primero a Francia y más tarde marcha a México, donde fue director del Teatro Nacional. Vuelve a España al morir su mujer. Se casa en segundas nupcias. Lo nombran académico (1885). Se le corona en Granada como poeta nacional, poco antes de morir.
No militó políticamente en ningún bando, lo que le valió la simpatía de todos, pero también la pobreza. A veces recibió alguna prebenda a modo de limosna para poder subsistir. Él se consideraba a sí mismo "el ingenio español menos profundo", quizás por humildad -a todos admiraba y apreciaba más que a él mismo- o por su ingenua bondad.

¿Qué escribe?
Es un escritor prolífico. A los veinte años publica su primer libro de versos, muestra de su enorme fecundidad -llegó a reunir hasta ocho libros de poemas- y, por otra parte, esta facilidad hace que su versificación sea a veces poco creativa y hasta algo ramplona. Su fama se debe a lo pegadizo de sus rimas y a la habilidad para recoger y recrear leyendas tradicionales. De las más populares es A buen juez, mejor testigo.

Representación de Don Juan Tenorio,
en el Colegio Santa Ana de Sevilla
Su dedicación al teatro comienza también pronto. Parece que escribió unos treinta dramas en sólo diez años, con los que obtuvo un gran éxito debido a la facilidad con que manejaba los recursos efectistas, la brillantez de su versificación, el dominio de su polimetría y el logro de escenas coloristas. Sus personajes están faltos de interioridad y les sobran gestos dramáticos algo grandilocuentes.
Entre las obras más conocidas y representadas contamos con Don Juan Tenorio, interesante versión del mito de don Juan, y Traidor, inconfeso y mártir, sobre la leyenda de un pastelero que es en realidad el rey de Portugal.
El estilo de Zorrilla es algo descuidado debido a su facilidad de composición, que desemboca a veces en algún ripio. Sin embargo, es de destacar la sonoridad de sus versos, que prestan una rica musicalidad a la obra.

 Ángel Saavedra, Duque de Rivas 
Duque de Rivas (1791-1865)

Cordobés de nacimiento, estudia en el Seminario de Nobles, donde recibe una buena formación artística. Participa en la guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas, donde es herido gravemente.
Antes de ser desterrado de España, por su oposición a Fernando VII, se había acercado a la literatura, pero sus estancias en Londres, en Italia, en Malta y en París lo introducen de lleno en el Romanticismo. Una vez perdonado, vuelve a España, donde hereda los títulos nobiliarios de su hermano mayor y desempeña cargos políticos de importancia: alcalde de Madrid, ministro de Estado, presidente del Congreso... Fue académico y presidente de la Real Academia Española.
El Duque de Rivas sufre a lo largo de su vida cambios contradictorios entre sus opciones políticas -liberal beligerante contra el absolutismo monárquico antes del destierro, evolución progresiva hacia el conservadurismo después- y sus tendencias literarias, que pasan del neoclasicismo, en toda la primera etapa, hasta la encarnación del Romanticismo, que ayuda a introducir en España con el estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino.

¿Qué escribe?
Ángel Saavedra fue buen poeta, notable prosista y célebre dramaturgo.
Como poeta logra fama por sus Romances históricos, ya que representan lo más elaborado de su producción poética. Destacan por sus brillantes descripciones y su rico lenguaje. Su poema narrativo más importante es El moro expósito, basado en la leyenda de los infantes de Lara.
Como dramaturgo alcanza su mayor éxito con el Don Álvaro, que llevaba un subtítulo muy romántico por lo que tenía de misterioso. El sino parecía rememorar para unos la fatalidad de los griegos y para otros se trataba meramente del azar, la mala suerte. En esta obra parece que predomina un conjunto de contratiempos fortuitos, desde la muerte del marqués, cuando el protagonista tira el arma, hasta el hecho de que el convento donde se retira don Álvaro esté cerca de la cueva donde vive doña Leonor como eremita.
Otro de sus drama importantes es El desengaño de un sueño, que presenta bastantes puntos de contacto con La vida es sueño, de Calderón.
Muestra en todas sus obras dramáticas un claro dominio de la técnica teatral: propiedad y belleza de los decorados, el vestuario, la iluminación...
Pero destaca especialmente por la elaboración de sus versos y la justeza y precisión del vocabulario, que refleja a la perfección los sentimientos románticos típicos: la angustia, la exaltación, la violencia, la desesperación...

sábado, 8 de marzo de 2014

La novela romántica y el costumbrismo

Desde finales del siglo XVIII se venía abusando de las traducciones de novelas extranjeras, por falta de impulso creador en los novelistas españoles. Los autores más traducidos fueron Walter Scott (Ivanhoe), Alejandro Dumas (Los tres mosqueteros), Víctor Hugo (Los miserables).
Pasado el primer tercio del siglo XIX aparecen dos tipos de novela con matices propiamente románticos, sentimentalismo y tendencia a lo melodramático: la novela histórica, más extendida entre un público de clase media, de corte conservador, y la novela social, que pretende exaltar la justicia social y que es acogida con entusiasmo por los lectores proletarios (algunas de ellas aparecen "por entregas").
La novela histórica busca su fuente de inspiración en hechos sucedidos en la época medieval. Las producciones de este tipo no pretenden ser rigurosas históricamente ni críticas frente a los sucesos que narran. Aunque no eran producciones de gran calidad literaria, obtuvieron un notable éxito, que justifica el elevado número publicado en pocos años (unas 11o en sólo unos 10 años).
Enrique Gil y Carrasco
(1815 - 1845)
Enrique Gil y Carrasco es el autor más prestigioso de novela histórica. Leonés de El Bierzo, estudió en Valladolid y en Madrid, donde terminó Derecho. Frecuenta los salones y las tertulias literarias, en las que se da a conocer como poeta, crítico literario y articulista.
Amigo de Espronceda y otros románticos, Gil y Carrasco, por su enfermedad (la más habitual de esta época: la hemoptisis) y por su carácter tímido, es más idealista y menos batallador que sus amigos.
La obra que le da la fama es una novela histórica, El señor de Bembibre, la mejor de las tres que escribe. Su romanticismo resulta evidente por el argumente, un tanto melodramático, y el sentimiento del paisaje.
La acción transcurre en León, en el siglo XIV. Se trata de una bella historia de amor entre Beatriz y Álvaro, herederos cada uno de las dos familias más poderosas. El padre de Beatriz, por su odio a los templarios, entorpece su relación, logrando al final que su hija muera desgraciada y que Álvaro, tras muchos avatares, se haga ermitaño y muera también.
Por su tono es casi una novela sentimental, llena de tristeza y melancolía, donde los enamorados llegan siempre un poco tarde a la felicidad. El paisaje vibra en consonancia con los sentimientos de los personajes.
La novela social propone algunas reforma, tales como la abolición de la esclavitud, pero no ha perdurado por su escasa calidad. Tuvo fama María o La hija de un jornalero.
El costumbrismo es un género que de alguna manera continúa nuestra tradición realista. En las obras y artículos costumbristas asoma la vida cotidiana, vista con cierto afán moralizador. Predomina el tono irónico y ciertos rasgos de humor.
Mesonero Romanos es uno de los autores más representativos con sus Escenas matritenses, pinturas de tipos y costumbres pintorescos, escritas con agilidad y toques irónicos.
Estébanez Calderón es un periodista malagueño que escribe, con estilo un tanto barroco, sus Escenas andaluzas, cuadros de costumbres festivas populares, como La feria de Mairena.
Merece una mención especial Mariano José de Lara.

 Mariano José de Larra (1809-1837) 
Hijo de padre afrancesado, realizó sus primeros estudios en el exilio francés al que le obligó la guerra de la Independencia. Estudió, de vuelta en España, periodismo, oficio que desempeñó desde muy joven con gran éxito, ya que su fama se debe más a sus artículos que al resto de su obra. Fracasado su matrimonio, se enamora de una mujer casada inalcanzable para él, lo que unido a su gran decepción política le llevó, a sus veintisiete años, al suicidio. Emocionalmente pesimista, liberal en sus convicciones, Larra fue lúcido para percibir el desfase de España respecto a Europa, lo que le precipitó en una negra desolación, actitud que revela en él un romanticismo más vital que literario.

¿Qué escribe?
Escribió un gran número de artículos en diversos periódicos y bajo diferentes seudónimos: Andrés Niporesas, Fígaro, El Pobrecito Hablador.
Se pueden agrupar por el tema tratado en:

  • Artículos de costumbres, en los que critica la realidad social del momento con cierto humor, pero con un poso de amargura y desesperanza. Revisa en ellos la pereza, la hipocresía, la grosería... Los más conocidos son: Vuelva usted mañana (ineficacia del funcionariado), El castellano viejo (mala educación de la clase media española).
  • Artículos de crítica literaria, en los que proyecta una idea bastante negativa sobre la creación literaria de su época. Sobresale, por su feroz burla de los actores, el titulado Yo quiero ser cómico. Tiene buenas críticas de los dramas románticos.
  • Artículos políticos, en los que destaca su ideología liberal progresista en defensa de la tolerancia y de la libertad. Ataca con virulencia tanto a los carlistas como a los liberales moderados. Merecen mención especial, entre otros, El Ministerial (burla de todo el gabinete de gobierno), Cartas de un liberal de acá a un liberal de allá (compara la situación de Portugal con la de España).
Además del periodismo, tanteó otros géneros literarios, como la novela histórica (El doncel de don Enrique el Doliente) o el drama romántico (Macías).

¿Cómo escribe?
Su estilo es moderno, rico en matices y cercano a los lectores, que lo entienden por su sencillez y captan sus toques de humor y su ironía, que a veces llega a rozar lo caricaturesco. Emplea variados recursos estilísticos, pero siempre al servicio del contenido, que es lo que realmente le interesa.