sábado, 26 de abril de 2014

La novela desde 1936

El género narrativo tan escasamente cultivado por las anteriores generaciones del siglo XX, especialmente la del 27, es el más desarrollado por los autores de después de la guerra civil.
Entre los temas novelados aparecen dos confluyentes: la guerra civil vista por ambos bandos, y la descripción de la miseria económica y moral en que ha quedado España tras la contienda.
Dejando a un lado aquellos autores que continúan la obra comenzada antes de la guerra, se puede observar que las décadas posteriores van a ir marcando el itinerario de la novela de posguerra.
La novela en la década de los 40 es calificada de realista tremendista por desarrollar la acción en unos ambientes miserables, incluso sórdidos, y por abordar los aspectos más crudos de la vida humana. El ejemplo más representativo es La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela.
Empiezan a publicar también en este momento otros escritores que continúan publicando hasta finales del siglo XX: Miguel Delibes, con El camino; Carmen Laforet con Nada, premio Nadal; José María Gironella, con novelas sobre la guerra civil, como Los cipreses creen en Dios; o Torrente Ballester.
La década de los 50 da un giro hacia una novela social: denuncia de injusticias sociales, acercamiento a los seres del pueblo que sufren y que, a veces, son protagonistas personajes colectivos.
En algunas novelas la búsqueda de la total objetividad dará lugar a ciertas innovaciones técnicas: reproducción de los hechos cotidianos sin ningún tipo de juicio o comentario por parte del narrador. La novela que mejor representa este estilo es El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio. Y en una línea parecida escriben Delibes, en sus novelas rurales de Castilla, Jesús Fernández Santos en Los Bravos, Ana María Matute...
En la década de los 60 prima la novela experimental con la búsqueda de innovaciones técnicas para salir del empobrecimiento a que había conducido la tendencia social. Se ensaya el monólogo interior, tan ilógico como el fluir de la conciencia, la mezcla del estilo directo con el indirecto, saltos en el tiempo... La novela que abre esta etapa es Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, que cuenta un argumento sencillo, reflejando sórdidos ambientes de las chabolas de Madrid, con un estilo totalmente nuevo.
Siguen publicando Miguel Delibes y Torrente Ballester, escritor gallego que, tras su trilogía realista Los gozos y las sombras, publica con gran éxito La saga/fuga de J.B..
Otros autores, de tendencias diversas, que publican en esta época son: Carmen Martín Gaite, Juan Goytisolo y Juan Benet.
La década de los 70 registra en España el paso de la dictadura a la transición hacia la democracia, por una parte, y un desarrollo económico no conocido hasta entonces, hechos que se reflejan en las novelas del momento.
Desde los años 80 han aparecido nombres nuevos junto a los de escritores consagrados: Javier Marías, Vázquez Montalbán, Antonio Muñoz Molina, Julio Llamazares...

 Camilo José Cela 
Camilo José Cela
1916 - 2002
Nace en Iria Flavia (La Coruña). Comenzó varias carreras universitarias que no acabó. Gran lector tras sufrir una enfermedad, se dedicó a escribir ya muy joven, logrando desde el principio un gran éxito, lo que le animó a consagrarse a la actividad literaria. Ingresó en la Real Academia Española, ha sido director de una revista literaria, Papeles de Son Armadans, y ha obtenido importantes premios literarios, como el Nacional de Literatura y el premio Nobel.

Se ha definido como hombre libre en sus opiniones, mordaz y desenfadado en el empleo de la lengua, y un tanto excéntrico en sus actuaciones.
Fallece en 2002 a los 85 años.

¿Qué escribe?
La suerte le sonrió desde la publicación de su primera novela, La familia de Pascual Duarte, memorias de un condenado a muerte por haber asesinado a su madre, donde recoge Cela el patetismo de unas vidas en condiciones infrahumanas. Es una novela pesimista y con cierto entronque con la novela picaresca.
Más duradero ha sido el éxito obtenido con La colmena, pintura del Madrid de la posguerra, cuyas gentes, hambrientas y sin ilusiones, se debaten en la mediocridad. El protagonista colectivo, unos trescientos personajes, muestra de modo fragmentario retazos de su vida, en torno al café de doña Rosa. Es una novela objetivista por la falta de notas de interioridad de los personajes. Los temas más destacados son el erotismo, la injusticia y la incomunicación.
En San Camilo, 1936 y Oficio de tinieblas dibuja Cela un cuadro de Madrid en las vísperas de la guerra civil y una visión surrealista de la inmediata posguerra, respectivamente. Ensaya en ellas el monólogo interior y la narración en segunda persona, con lenguaje muy libre y ausencia de puntuación.
En Galicia sitúa Mazurca para dos muertos, con el tema del sexo, la violencia y la muerte en primer plano.
Son célebres también sus libros de viajes, en los que predomina la descripción sobre el argumento: Viaje a la Alcarria, Del Miño al Bidasoa, Viaje al Pirineo de Lérida.
Ha sabido crear una prosa brillante, elaborada y expresiva. En ella se percibe la ironía y la mordacidad capaces de caricaturizar personajes y situaciones al modo de Quevedo o Valle-Inclán. Ha sido capaz de incorporar todas las innovaciones literarias de cada momento en su largo itinerario. En los diálogos recoge admirablemente el habla coloquial, y es especialmente hábil para describir de modo rápido, certero y animado los paisajes y personajes que pueblan su extensa producción literaria.

Miguel Delibes
1920 - 2010
 Miguel Delibes 
Nace en Valladolid, donde ha permanecido siempre. Su labor profesional se ha desarrollado en el campo del periodismo, de la docencia (Escuela de Comercio) y de la literatura, en la que ha obtenido un gran triunfo. Es premio Nadal 1947 por La sombra del ciprés es alargada, premio Nacional de Literatura por Diario de un cazador -con el tema de la caza, una de sus grandes aficiones-; premio de la Crítica en 1962, y premio Miguel de Cervantes en 1993 por el conjunto de su obra literaria. Miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte, Miguel Delibes fue una persona sencilla, poco amante de notoriedad (sus actuaciones públicas se han limitado a conferencias en España y en el extranjero).

¿Qué escribe?
Se distinguen dos épocas en su itinerario literario:
La primera etapa se caracteriza por sus novelas al estilo realista tradicional con algunas muestras de crítica social. Destacan:
La sombra del ciprés es alargada, angustia ante la muerte.
El camino, evocación de la vida de un pueblo y sus habitantes por parte de un niño que se va para estudiar en la ciudad.
Diario de un cazador y Diario de un emigrante, memoria de un bedel de instituto.
La hoja roja relata las preocupaciones y sentimientos de un jubilado.
- Las ratas muestra la extrema dureza de la vida rural castellana.
La segunda etapa marca un giro en cuanto a utilización de técnicas narrativas nuevas. Se incrementa su crítica ante las injusticias sociales. Destacan, entre otras novelas:
- Cinco horas con Mario: Utiliza la técnica del "fluir de conciencia", caracterizada por la repetición y asociación libre de ideas, frases inacabadas, sintaxis desordenada.
- La parábola de un náufrago, crítica político-social por la alienación del hombre. Innovadora en cuanto a la puntuación.
- El disputado voto del señor Cayo, simpática parodia de la vida social al comienzo de la democracia.
- Los santos inocentes es una crítica a la burguesía terrateniente. Utiliza la técnica del estilo indirecto libre, mezclando la voz del narrador con las de los personajes.
Miguel Delibes es uno de los más destacados novelistas del siglo XX. Destacan en él su dominio de la lengua, sencilla y asequible, y la variedad de técnicas narrativas, siempre al servicio de los temas. Es maestro en observar y describir el paisaje y a las personas, para reflejar con ternura a los más débiles y para satirizar a los burgueses. 

martes, 22 de abril de 2014

La vida era eso

Estar vivo era eso: la compañía, el amor... jugar y perder, irremediablemente; eran también los desencuentros. Y Giuliana lo reconoce ahora, cuando se enfrenta a la soledad y a la muerte.
La vida era todo eso y más.

La muerte no se lo lleva todo. Se lleva sólo una parte, la parte mala. Los malos recuerdos, los malos modos, los malos momentos, y se deja lo mejor. Debe ser parte de su crueldad. Lo piensa, y el pensamiento le da ganas de ponerse a llorar.

Es la tercera novela de Carmen Amoraga que leo, y esto va in crescendo. Por eso, la ficho en mi biblioteca por los restos.

Añado a esta entrada la agradable experiencia de asistir a la presentación que la propia autora hizo en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla, el día 11 de febrero de 2014. Nos habló de sentirse orgullosa de los personajes dibujados en esta novela, de William y de Giuliana, y de las personas reales en las que se basó. Además, nos dejó la siguiente cita que recojo, creo, fielmente:


Leer un libro es un paréntesis para salvarnos de un mundo
que no es el mejor.

Y rematamos esa tarde con la dedicatoria que Carmen me firmó en mi "La vida era eso":



jueves, 17 de abril de 2014

La Generación del 27

El vanguardismo literario en España se manifestó a través de un grupo de escritores que empiezan a publicar desde los años veinte. Se les conoce como Generación del 27 porque en ese año se reunieron para rendir homenaje a Góngora en el tercer centenario de su muerte. Este poeta barroco se convierte en maestro de unos poetas que buscaban una poesía esencialmente metafórica, brillante y pura, alejada de la suntuosidad y sentimentalismo modernistas.
Además de volver a Bécquer, como maestro más próximo, reconocerán a Juan Ramón Jiménez, por su tendencia a la poesía desnuda, despojada de anécdota.
Estos poetas recuperarán, por una parte, la tradición popular española en cuanto a la métrica y los temas. Por otra parte, cuentan con lo que recogen del ultraísmo: la asociación ilógica y las imágenes chocantes, y con lo que toman del surrealismo: la libertad de expresión del inconsciente, lo irracional del subconsciente.
Todas estas influencias, unidas a su formación y calidad -muchos de ellos son profesores de filología-, van a configurar una generación con un alto grado de perfección y madurez, a la que se calificará de Segunda Edad de Oro de las letras españolas.
En cuanto a la métrica, utilizan las estrofas tradicionales: romances, coplas, sonetos, silvas, y se les puede considerar como los iniciadores del verso libre.
Estos autores siguieron diversas tendencias:
 a)  La poesía popular está maravillosamente representada por Federico García Lorca y Rafael Alberti, que revitalizan las coplas tradicionales:

¡Qué blanca lleva la falda
la niña que se va al mar!
¡Ay, niña, no te la manche
la tinta del calamar!
RAFAEL ALBERTI

 b)  La poesía surrealista, elaborada con imágenes del subconsciente, sin afán de control. En ella destacan Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, García Lorca y Alberti:

Yo fui
Columna ardiente, luna de primavera,
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
Pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
Lo que pinta el deseo en días adolescentes.
LUIS CERNUDA

 c)  La poesía neorromántica supone una vuelta al sentimentalismo que aparece en Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Pedro Salinas:

EL CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales [...].
GERARDO DIEGO

 d)  La poesía pura, que busca la belleza desnudamente, tiene su máximo representante en Jorge Guillén con Cántico:

PERFECCIÓN
Queda curvo el firmamento,
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente,
Que el pie caminante siente
La integridad del planeta.

Miguel Hernández no pertenece propiamente al grupo del 27 por ser más joven que ellos, pero se le considera más de esta generación que de la del 36, porque murió muy pronto. Por su amistad con algunos del 27 se le incluye aquí.


Federico García Lorca
1898 - 1936
 Federico García Lorca 
Nace en Fuente Vaqueros (Granada). Estudia, en Granada y en Madrid, Filosofía y Letras y Derecho. En la Residencia de Estudiantes conoce y se relaciona con muchos de los jóvenes promesa del arte de su tiempo: Dalí, Buñuel, y algunos de los poetas de su grupo. Viaja a Nueva York y Cuba. Su atracción por el teatro le lleva a Buenos Aires como director de compañía. Más tarde dirige y lleva por toda España una compañía de teatro ambulante, "La Barraca", para difundir el teatro clásico español entre el pueblo.
Muere asesinado al comienzo de la guerra civil por motivos aún no del todo claros.

¿Qué escribe?
Fue ante todo poeta y autor de teatro.
Como poeta cultiva la lírica popular de sabor tradicional con imágenes y símbolos originales, salidos de su visión surrealista de la realidad. En sus poemas se repiten ciertos símbolos que, por sus connotaciones, se pueden denominar lorquianos: toro = violencia, sangres; luna = muerte.
De sus obras destacaremos:
- Romancero gitano: un acercamiento a lo ancestral, mítico y pasional del pueblo gitano.
- Poema del cante jondo: bucea en el fondo de angustia dramática que se esconde en el folclore andaluz.
La tendencia surrealista pura de la poesía de su tiempo la incorpora también a su obra en Poeta en Nueva York, donde manifiesta la opresión de esa ciudad sobre los marginados.
Entre sus últimos poemas destaca la elegía Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de tremenda fuerza dramática.
Como dramaturgo representa lo mejor del teatro lírico no sólo de su momento, sino de todo el siglo XX. Plasma en sus tragedias dramáticos conflictos situados en un opresor ambiente rural, con la muerte como única salida: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.
En La zapatera prodigiosa, Doña Rosita, o el lenguaje de las flores, El retablillo de don Cristóbal cultiva otra faceta teatral, son farsas cercanas al mundo de los títeres.
Temas comunes a su lírica y a su dramática son la muerte, el amor frustrado, la opresión de la mujer, el afán de libertad...
Su lenguaje se adapta a lo dramático de su obra por lo violento y sugerente de sus metáforas, y por la fuerza de sus símbolos: el caballo (lo sexual), los gitanos (el misterio), los cuchillos (la sangre), el color verde (la muerte).


Miguel Hernández
1910 - 1942
 Miguel Hernández 
Es alicantino. Nace en Orihuela, donde su padre, y después él, cuidaba de los rebaños de la familia, de ahí que su formación poética sea autodidacta. Tras publicar unos poemas en la prensa local, con veinticuatro años se traslada a Madrid, donde entra en relación con los poetas del 27, especialmente Aleixandre, García Lorca y Alberti, y traba amistad con Neruda, que le ayudan a abrirse camino. Durante la guerra civil opta por el bando republicano, lo que le supondrá la cárcel y la pena de muerte, conmutada después por treinta años de cárcel. En ella enferma de tuberculosis, y sufre moralmente aún más al saber de la misera en que vive su mujer alimentándose sólo de pan y cebolla para criar a su hijo. A éste le dedica la conmovedora Nana de la cebolla. Muere a los treinta y un años, dejando como despedida estos versos:

¡Adiós, hermanos, camaradas, amigos,
despedidme del sol y de los trigos!

¿Qué escribe?
Por sus lecturas personales, coincide con los del 27 en su fervor neogongorino.
Se pueden establecer dos etapas en la obra de Miguel Hernández:

 Primera etapa 
Antes de la guerra civil. En un verso preciosista y metafórico escribe su primer libro, Perito en lunas. En El rayo que no cesa cultiva el soneto amoroso apasionado, al estilo de Quevedo. Incluye su conocida Elegía a Ramón Sijé, en la que da rienda suelta al sentimiento desolado por la muerte de su gran amigo.
 Segunda etapa 
Viento del pueblo, escrito durante la guerra, es un conjunto de versos al servicio de una proclama social: derecho a la libertad, a levantarse contra el opresor... Es el libro que mejor refleja el dolor de una España bañada en sangre.
Cancionero y romancero de ausencias, terminado en la cárcel, es la obra de tonos más amargos aunque con cierta esperanza en el futuro.

El barroquismo inicial de herencia gongoriana deja paso a un lenguaje que se debate entre el amor y la violencia, siempre de modo apasionado. Son notables por su violencia las imágenes poéticas que le provocan la experiencia del dolor y de la muerte. Paulatinamente, la expresión de sus sentimientos se va haciendo más sobria y concisa.

lunes, 14 de abril de 2014

La Generación del 98

Dice Pedro Salinas que "con este nombre [Generación del 98] designo Azorín a un conjunto de escritores surgidos alrededor de 1900, y que representaban una querencia de honda renovación del espíritu nacional".
El año 1898 había sido el del desastre, el de la pérdida de las últimas colonias de ultramar. Y los intelectuales conscientes manifiestan su protesta contra el tipo de sociedad y de política anquilosada española, planteando una reforma de la vida nacional. A estos escritores les une la preocupación por España, el sentimiento de España, el pensar y el querer a España. Para ello proponen conocer España:
- Desde su núcleo inicial, Castilla: "España está por descubrir", decía Unamuno.
- A través de su paisaje sobrio y austero. No hay más que recordar algunos títulos de sus obras: Campos de Castilla (Antonio Machado), Castilla (Azorín), La España del Cid (Ramiro de Maeztu).
- A través de su historia, la historia de la vida cotidiana del pueblo (la intrahistoria), sus raíces, más que sus batallas y mandatarios.
- A través de su literatura, la medieval: Berceo, Manrique; los clásicos: Garcilaso, Góngora; y los que han "padecido" a España: Larra.
Son considerados escritores del 98 por su edad, formación común y coincidencia estilística:

 *  Miguel de Unamuno, maestro y precursor de la generación, que cultiva todos los géneros literarios.
 *  José Martínez Ruiz, Azorín, excelente periodista que escribe artículos y ensayos políticos y literarios, con el tema de España. Cultiva también la novela y el teatro.
 *  Pío Baroja, cuya mejor producción es la novela: Camino de perfección, El árbol de la ciencia y la trilogía de La lucha por la vida.
 *  Ramiro de Maeztu, gran ensayista.
 *  Antonio Machado, poeta, dramaturgo y narrador.

Algunos incluyen también a Valle-Inclán e, incluso, a Jacinto Benavente, con obras teatrales como La malquerida y Los intereses creados.
Coinciden estos escritores en la búsqueda de una sencillez en la forma, lejos de la ornamentación modernista, y en el empleo de un lenguaje directo, sin retoricismos. Azorín, con su característica frase breve, es el más innovador del grupo.

Miguel de Unamuno
1864 - 1936
 Miguel de Unamuno 
Nace en Bilbao. Cursa Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Obtiene la cátedra de griego de la Universidad de Salamanca, de la cual llega a ser rector. Es destituido y desterrado a Fuerteventura por el régimen de Primo de Rivera. De allí huye a Francia, donde permanece hasta 1931. La República lo repone en su cargo de rector, título que con carácter vitalicio mantendrá hasta su muerte, en los comienzos de la guerra civil.
Unamuno es un hombre de personalidad compleja y angustiada. Atormentado por la idea de la muerte, su vida se debatió entre el existencialismo y la fe en Dios, la cual sufrió grandes crisis. Le preocupa el conocimiento de la personalidad humana y el tema de la inmortalidad, que se opone a la razón.
Política y religiosamente cayó en dudas y contradicciones que lo llevaron a actitudes extremas: agonía, angustia y zozobra por una parte, frente a contemplación, búsqueda de la paz y misticismo por otra. Vivía el desgarro de lo opuesto apasionadamente en su interior.

¿Qué escribe?
Plasmó su inquietud interior en casi todos los géneros literarios.
 Novelas.- En la mayor parte de ellas proyecta sus propios problemas personales. Para huir del realismo del XIX crea un tipo de novela, al que llama "nivola", en el que elimina el paisaje, el ambiente y se centra en los diálogos. Las más destacadas son: San Manuel Bueno, mártir; La tía Tula, centrada en el tema de la maternidad espiritual; y Niebla, tema de la personalidad humana.
 Ensayos.- En ellos desarrolla más directamente sus inquietudes y preocupaciones. Por un lado, sobre el tema de España, los más importantes son: En torno al casticismo y Vida de Don Quijote y Sancho. Por otro lado, abordan el tema de la personalidad humana y el conflicto razón/fe: Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo.
 Poesía.- Su lirismo tiene un acento más emocional que musicalidad propiamente dicha. Importa más la idea que su expresión formal, lo que le hace caer en cierto descuido. Destaca el extenso poema El Cristo de Velázquez.
 Teatro.- También este género quiso cultivarlo despojándolo de todo lo que él consideraba accesorio: trajes, decorado, tramoya..., lo que realzaba la idea de base pero empobrecía el espectáculo. Su mejor obra es Fedra, sobre el mito clásico de la madrastra que se enamora del joven hijo de su marido.

Su vehemencia temperamental queda reflejada en la viveza y expresividad de su lenguaje: antítesis, juegos de palabras, exclamaciones, paradojas..., con un fondo lírico muy personal. Su estilo es austero, sobrio.

Antonio Machado
1875 - 1939
 Antonio Machado 
Nace en Sevilla. Muy niño, se traslada a Madrid con su familia. Recibe su formación en la Institución Libre de Enseñanza. Tras una breve estancia en París logra la cátedra de francés en el Instituto de Soria, donde se enamora de Leonor, primer amor de Machado, con la que se casa y de la que enviuda muy pronto. Se traslada a Baeza (Jaén), Segovia y Madrid. Al estallar la guerra civil, por sus ideas liberales progresistas tiene que huir a Francia, donde al poco tiempo morirá en Colliure.
Comparte su amor por Castilla con los hombres del 98, viendo en ella un símbolo de España, junto al recuerdo enamorado de Leonor. Machado era de carácter introvertido, dado a la reflexión, buen profesor y, por encima de todo, un excelente poeta.

¿Qué escribe?
Su obra poética se recoge en cuatro libros y varios poemas sueltos.
Su primer libro, Soledades, ampliado en Soledades, galerías y otros poemas, manifiesta un cierto influjo modernista -estilo que cultivó ampliamente su hermano Manuel-. En él ya aparecen ciertos símbolos repetidos en sus poemas: el sueño, la fuente, el camino... Sus versos rebosan intimismo y melancolía.
En Campos de Castilla canta el paisaje y el pueblo castellanos. Reviste especial belleza el de Soria, donde al intimismo inicial le sucede un sentimiento amoroso y una visión más personal.
En Nuevas canciones recoge el estilo de la lírica popular para expresar su filosofía de la vida. Son interesantes los Proverbios y cantares, que recogen aforismos y sentencias breves:

Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

De un cancionero apócrifo reúne composiciones en verso y en prosa que pone en boca de dos personajes inventados, Abel Martín y Juan de Mairena. Incluye Canciones de Guiomar, nuevo amor de Machado.
Libros en prosa son Los complementarios, De un cancionero apócrifo y Juan de Mairena. Son reflexiones filosóficas sobre el hombre y sus problemas existenciales.
Escribió, en colaboración con su hermano Manuel, algunas obras de teatro sin gran valor, entre las que sobresale La Lola se va a los puertos.

Su estilo es sencillo y sobrio, condensando las ideas en frases concisas, cargadas de sentido. Huye del esteticismo en favor de la emoción profunda y auténtica.
En sus poemas utiliza la métrica más simple y popular: seguidilla, copla, soleá, romance, y algunos metros cultos: sonetos, silvas arromanzadas.

sábado, 12 de abril de 2014

El Modernismo

Casi todos los movimientos literarios nacen por rechazo de algún elemento de los estilos precedentes. De este modo nace el Modernismo, como reacción al gesto excesivo y a la retórica estridente y vacía del Romanticismo. Esto requería la creación de otro lenguaje, otros medios expresivos, otra voz; en definitiva, otro estilo.
Habitualmente se clasifica a los escritores españoles que comienzan su labor literaria muy a finales del XIX en dos tendencias: el Modernismo y la Generación del 98, dos movimientos de difícil separación, ya que los dos representan una reacción frente al positivismo materialista imperante, y hay autores que participan de ambos.
Se denomina Modernismo a la tendencia poética hispanoamericana aportada a España por un poeta nicaragüense, Rubén Darío. Consistía ésta en un movimiento de exaltación del amor y de la fe, de la fantasía y del ensueño, elementos recogidos por Rubén Darío en su contacto con el simbolismo francés, y que cambiará la línea poética del siglo XX español.

Características del Modernismo
  1. Culto a la belleza, como reacción a lo vulgar y a lo prosaico cotidiano.
  2. Tono aristocrático y refinado, frente al tono burgués anterior.
  3. Expresión de la pura intimidad del sentimiento por reacción a la excesiva observación de la realidad.
  4. Lugares exóticos, por contraposición a la invasión de lugares habituales y comunes.
  5. Lenguaje sonoro, que busca el efecto rítmico y el color, con matices brillantes para los temas grandiosos, y con colores atenuados, apagados, para estados interiores indefinibles o melancólicos.
  6. Renovación métrica que supone la recuperación de versos medievales -el alejandrino-, y la popularización de otros, dodecasílabos, eneasílabos, etc. Rompiendo el ritmo versal, se ensaya el verso libre.
Los temas que más aparecen son los habituales del hombre: el sentido de la vida, el tiempo, la muerte, la naturaleza...
La tendencia a romper lo cotidiano y monótono se manifiesta en la evasión:
- Local: escenarios lejanos y lujosos, adornados con flores; bálsamos, joyas, perfumes exquisitos; ciudades cosmopolitas, especialmente París, abanico de culturas diversas; palacios suntuosos, rodeados de jardines fragantes y misteriosos...
- Temporal: temas históricos (Edad Media), legendarios.
Autores modernistas españoles son Salvador Rueda, Manuel Machado, Ramón María Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez.

 Ramón María del Valle Inclán 
Valle-Inclán
1866 - 1936
Nace en Villanueva de Arousa (Pontevedra) y estudia leyes en Santiago. Tras la muerte de su padre emigra a México, donde empieza a trabajar como periodista. De vuelta a Madrid, se relaciona con los escritores de su tiempo y decide dedicarse de lleno a la literatura. Se opuso al gobierno de Primo de Rivera, lo que le valió ser detenido en varias ocasiones, experiencia que aprovechó en sus obras. Al proclamarse la República es nombrado director de la Escuela de Bellas Artes de Roma. De allí volvió a Santiago con una grave enfermedad que acabó con su vida.

¿Qué escribe?
Cultivó diversos géneros con igual acierto, aunque con menos éxito en la poesía.

 Valle, novelista 
Las cuatro Sonatas -de Primavera, de Estío, de Otoño y de Invierno- fueron sus primeras novelas, digna muestra de la prosa modernista. Son cuatro aventuras del Marqués de Bradomín vividas en sitios y en épocas diversas y con distintas mujeres.
Los motivos folclóricos gallegos se asoma en Flor de santidad y en las Comedias bárbaras, escritas en forma dialogada.
La trilogía sobre la guerra carlista marca la transición.
Las novelas de la segunda etapa muestran un nuevo estilo, el grotesco o esperpéntico (deformación de la realidad), con el que caricaturiza mordazmente a la corte de Isabel II: La corte de los milagros, Viva mi dueño, Tirano Banderas.

 Valle, dramaturgo 
En el teatro sigue la misma evolución artística: parte de una etapa modernista hasta llegar al esperpento.
Divinas palabras es una tragicomedia que nos presenta el miserable mundo de las ferias pueblerinas. Las Farsas son obras en verso al modo del teatro de marionetas.
Los esperpentos son lo mejor de la obra de Valle-Inclán. En ellos su crítica de la sociedad española llega al máximo por la vía de la deformación grotesca. Su obra más celebrada, Luces de bohemia, es una caricatura sarcástica de España.

 Valle, poeta 
Claves líricas reúne toda su obra en verso, en la que su primer libro, Aromas de leyenda, sigue trazos modernistas en un idílico ambiente gallego; por el contrario, La pipa de Kif incorpora ya una visión crítica y caricaturesca.

En su etapa modernista (hasta 1920) brilla por el ritmo de la frase, musical y sonora, por su vocabulario suntuoso y su sobreabundante adjetivación. Posteriormente comienza su estilo esperpéntico, el más característico, con un dominio portentoso de la lengua y sus recursos, con los que consigue distorsionar la realidad para mostrar lo absurdo de la sociedad, del hombre.

Juan Ramón Jiménez
1881 - 1958
 Juan Ramón Jiménez 
Nace en Moguer. Persona de delicada salud, no pudo seguir estudios universitarios. Ya en Madrid, publica sus primeros versos, mientras alterna estancias en sanatorios con su actividad literaria. Ésta le puso en contacto con Rubén Darío y el Modernismo, los cuales ejercieron un fuerte influjo en su obra. Su esposa, Zenobia Camprubí, representó un papel muy importante en su vida, dado el talante enfermizo y nervioso del poeta.
Salió de España al estallar la guerra civil. Fue profesor de varias universidades norteamericanas, en La Habana y sobre todo en Puerto Rico. En 1956 recibe el Premio Nobel de Literatura. Muere dos años después.
Su personalidad, cierta altivez y el aislamiento que necesitaba para su labor de creación hicieron de él una persona retraída, encerrada en su "torre de marfil". Pero esto mismo lo convirtió en un esteta, un buscador incansable de la perfección y la belleza. Quizá se deba a esto su enorme influencia en la generación del 27.

¿Qué escribe?
En Juan Ramón Jiménez se asoman diversos estilos que van marcando su evolución desde la estética modernista hasta la poesía pura del final.
Primera etapa.- En sus primeros libros, Arias tristes, Pastorales, aparece una poesía intimista -sentimientos de melancolía, soledad-, al estilo de Bécquer, en la que predominan los romances.
El estilo más declaradamente modernista se manifiesta en Elejías y La soledad sonora, escritos en su mayoría en versos alejandrinos, sonoros y solemnes, ricos en imágenes sensoriales.
Paulatinamente va volviendo a la sencillez, y su libro Sonetos espirituales es el que marca la transición hacia una poesía más pura. Al final de esta etapa se encuentra Platero y yo, original composición poética en prosa, paisaje idealizado de su ciudad natal cargado de lirismo.
Segunda etapa.- El libro que abre este nuevo estilo es Diario de un poeta recién casado, en el que su poesía se va desnudando de adornos, alcanzando gran sobriedad. Mezcla felizmente la prosa y el verso. De sus libros posteriores destacan Eternidades y Piedra y cielo. Sus últimas composiciones son profundas meditaciones, intuiciones metafísicas: Dios deseado y deseante.

En la trayectoria de su poesía resulta evidente el paso de un subjetivismo total a una mayor abstracción, pero siempre recreando sus experiencias más personales e íntimas. Este proceso se manifiesta en su uso de la lengua, en su estilo gradualmente más sobrio y concentrado, más puro.

viernes, 4 de abril de 2014

El Realismo

Rebasada la segunda mitad del siglo XIX, comienza a desarrollarse una nueva forma de arte, el Realismo, que representa, en su forma de acercarse a la realidad, una reacción frente al anterior movimiento artístico, el Romanticismo.
En éste predominaba una visión individualista y emocional de la realidad, mientras que el Realismo aspira a observarla con la máxima atención y describirla lo más objetivamente posible.
Contemporáneamente se estaban produciendo en España y en Europa una serie de cambios políticos y sociales, entre los cuales es de interés para la literatura el nacimiento del proletariado, clase social explotada por la burguesía, lo que acarreará una serie de problemas frente a los cuales los escritores tomarán opciones comprometidas. De ahí que su observación de la realidad se centre en lo cercano, en lo cotidiano de la sociedad.
El género literario más apropiado para este análisis es, sin duda alguna, la novela: por su extensión, porque podía combinar la voz omnisciente del narrador -expresando sus convicciones morales, políticas...- con la de los personajes, que se expresan en un lenguaje coloquial, adaptado a su personalidad, clase social y cultura. Es decir, es un diálogo realista, fiel imitación de la vida.
Los temas de las novelas suelen ser los del gusto de la burguesía -la clase lectora por excelencia-, pero prestando atención a cierta parte de la población marginada (mendigos, cesantes, pobres de necesidad...), cuya situación se quiere denunciar.
Este movimiento tiene una amplia repercusión en Europa:
- En Francia destacan, entre otros, Balzac con La comedia humana, y Flaubert con una novela típicamente realista, Madame Bovary, con una rica observación psicológica de la protagonista.
- En Inglaterra sobresale Charles Dickens, que se acerca con acierto y bondad al mundo infantil y al de los pobres. Recordemos David Copperfield.
- En Rusia aparecen dos gran escritores, leídos y llevados al cine: León Tolstoi, con su conocida novela Guerra y paz, entre otras, y Dostoievski con Los hermanos Karamazov.
- En España, como en anteriores movimientos literarios, el Realismo se desarrolla más tarde que en Europa, por lo que recibe el influjo europeo, pero enlazando con la rica tradición realista de la novela picaresca y, sobre todo, con El Quijote.
Marcan el momento cumbre del Realismo Pereda (Peñas arriba, Sotileza), Galdós (Doña Perfecta) y Valera (Pepita Jiménez), por una parte; y entre el Realismo y el Naturalismo (consideración excesiva del influjo biológico y de las circunstancias sobre las conductas de los personajes) tenemos a Clarín y a Emilia Pardo Bazán con Los pazos de Ulloa).


Pérez Galdós
1843 - 1920
 Benito Pérez Galdós 
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, se traslada muy joven a Madrid, donde se instala definitivamente. Tomó parte en la vida política con postura progresista y su ideología republicana le valió ser vetado para el Premio Nobel dos veces. Vivió sus últimos años ciego, impedido, y sin poder seguir escribiendo. Poco tiempo antes de morir se le rindió un gran homenaje, por iniciativa real, de reconocimiento a su dilatada labor.
Su vida, un tanto retraída, debido a su modo de ser silencioso y tímido, transcurrió dedicada a poner por escrito su reflexión comprensiva de la sociedad española de su tiempo, especialmente las clases media y popular de Madrid. Esta simpatía y bondad, con ciertos toques de humor, le hacen digno heredero de Cervantes.

¿Qué escribe?
Salvo una breve incursión en el mundo del teatro -El abuelo, Electra-, Galdós es ante todo novelista. En su itinerario se pueden distinguir varias etapas:
Los episodios nacionales.- Son cuarenta y seis libros sobre los acontecimientos más importantes de la historia española del siglo XIX, escritos con soltura y sencillez, en forma novelada, para transmitir un mensaje de audacia y tolerancia al pueblo español, al que de modo indirecto pide colaboración para una historia distinta, hacia la paz y el progreso. Abarcan desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración. Son notorios Trafalgar o Bailén.
Novelas de la primera época.- Escribe una serie de novelas denominadas de tesis, por atacar en ellas algunos de los valores tradicionales, como la religiosidad intransigente y fanática en Doña Perfecta y La familia de León Roch, las dos más notables.
Novelas españolas contemporáneas.- Centradas en los avatares de la sociedad madrileña, especialmente de la clase media y los marginados. No son obras de tesis, más bien son novelas de caracteres; sus personajes cobran hondura psicológica en novelas como Fortunata y Jacinta, una de sus mejores obras.
Años más tarde, influido por los escritores rusos, entra en una etapa más realista-espiritual, y compone novelas en las que brilla la bondad, la generosidad. La más representativa es Misericordia.
Su técnica narrativa es la propia del Realismo: observación de la realidad, narrador omnisciente (que conoce todo lo que va a suceder y lo adelanta), numerosas descripciones, diálogos vivos, reales, y algunos monólogos introspectivos.
Escribió mucho y se le acusa, como a todos los escritores prolíficos, de cierto descuido en el lenguaje. Pero se le reconoce como escritor realista insigne por la naturalidad con que expresa su detallada observación de la sociedad de su tiempo.
Combina con acierto el habla coloquial con la voz sencilla y culta del narrador.

 Leopoldo Alas "Clarín" 
Clarín
1852 - 1901

Desde pequeño vivió en Oviedo, donde llegó a desempeñar la cátedra de Derecho Romano. Los estudios de leyes los acabó en Madrid, donde comenzó a destacar por su labor periodística, pero es en Oviedo donde desarrolla sus cualidades de crítico, cuentista y novelista.
Como Galdós, a quien admiraba, era de tendencia republicana, lo que no le impidió ser amigo de personalidades literarias de otro signo, como Menéndez Pelayo. Era un gran intelectual, de talante retraído, agudo, certero y duro en sus críticas, por lo que fue tan admirado como temido.

¿Qué escribe?
Se le considera el mejor crítico de su época por lo atinado de sus juicios sobre los valores literarios de los autores contemporáneos. Son interesantes la colección de artículos publicados como Solos (de ahí su seudónimo de Clarín), y los Paliques, críticas de tono un tanto festivo.
Como autor literario escribe:
Cuentos de tipo costumbrista, como Avecilla, El doctor Sutilis, y otros cuentos rebosantes de sentimiento, emoción y ternura, como ¡Adiós, Cordera!, que tienen un fondo lírico con forma narrativa. También escribió Cuentos morales, y un libro póstumo, El gallo de Sócrates.
Novelas cortas. Escribe bastantes, y a veces no se distinguen claramente de un cuento. Las más conocidas son Doña Berta, Superchería y Pipá, que bucean con finura en la psicología de los personajes.
Clarín dio al cuento su mayor rango literario. Con sus temas y sucesos sencillos pero dramáticos de la vida cotidiana, y con sus personajes, muchos de ellos humildes, alcanza el equilibrio exacto entre lo poético y lo psicológico.
Novelas largas. Tiene dos de reconocida fama: La Regenta y Su único hijo. La Regenta está considerada como el prototipo de la novela naturalista en España; provocó una gran reacción hostil a Clarín en Oviedo, por los ataques a la ciudad de Vetusta, nombre simbólico de Oviedo, por donde se pasean todas las clases sociales, con sus vicios y miserias.
Sú único hijo también está ambientada en una ciudad de provincias, donde se vive la conmoción de la llegada de una compañía de ópera italiana. Es interesante el estudio de la intimidad de los personajes.
Autor inteligente y con gran cultura, en Clarín prevalece la profundidad de sus planteamientos y análisis de caracteres sobre los temas variados o sorpresivos.