viernes, 18 de agosto de 2017

La chica del tren

Paula Hawkins
¡Lo que son las cosas! No quería llevarme peso en mi mochila de peregrino, y en Caldas de Reis, en la Librería Luisa Piñeiro, me tuve que parar a buscar una lectura. Quería descansar por la tarde en el albergue, pero no quería dormir, por eso la mejor opción fue leer en la cama. En la librería encontré bastantes libros de actualidad y otros éxitos recientes en edición de bolsillo. Me decidí por uno de estos últimos: La chica del tren, de Paula Hawkins. Aunque no tenía demasiada referencia de esta novela, sí tenía en la cabeza el trailer de la película, que se estrenó el invierno pasado y entonces me llamó la atención. Para la lectura en los albergues del Camino, con gente alrededor, me parecía indicado.
Efectivamente, me tumbé en mi litera y leí los tres primeros capítulos. Luego decidí pasear por Caldas, hacer fotos y cenar. En el albergue de la siguiente etapa, repetí la misma operación.
Lo he terminado ya en casa, de vuelta del viaje. Es una novela de suspense: todo gira en torno a la desaparición de una mujer y de cómo, por casualidad, una chica desde el tren ha visto un hecho puntual extraño, que no concuerda con el estilo de vida de la desaparecida. ¿Qué relación hay entre esta chica del tren y la víctima, que justifique el que la observara a diario al pasar por las vías justo detrás de su jardín?
Se trata de una historia verosímil, con una estructura compleja, vidas cruzadas que dan coherencia a la narración.