domingo, 23 de marzo de 2025

Josefina Aldecoa: Historia de una maestra

Biografía: https://escriturayescritoresbiografias.blogspot.com/2025/03/josefina-aldecoa.html

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05/03/2025 - 23/03/2025

Amadeo, el carpintero, no tenía hijos, ni estaba casado. Pero nos ayudaba mucho y mostraba un interés insólito en la educación. Cada vez que surgía la ocasión venía a echarnos una mano. La puerta que no cierra: Amadeo. El banco que hace falta en el portal: Amadeo. Eso en casa. Y en la escuela: Amadeo, su pudieras hacernos un tablero alargado de quita y pon con unas borriquetas, para los trabajos manuales... Amadeo, guárdame las tablillas que no uses que las necesitamos...
«Para la escuela lo que quiera —me decía—, lo que usted quiera o lo que necesite don Ezequiel... que no les cobro, que lo hago con gusto y yo no tengo necesidad ni me importa el dinero.» Le gustaba hablar. Se expresaba con claridad y sensatez.
—Digo yo, señora maestra, que si todos supiéramos más de libros y menos de tabernas, nos engañarían menos y seríamos más felices...
Me pedía el periódico. «El que recibe el cura no me gusta. Lo dice todo a su manera, pero ese que reciben ustedes me parece a mí más acertado y más a la medida de mis entendederas, quiero decir que le doy yo más la razón al suyo que al del cura
La educación y la justicia y la salvación de los hombres por el trabajo bien hecho y bien pagado eran conceptos que a él le gustaba discutir y desarrollar en las charlas que tenía con nosotros al caer la tarde, cuando nos visitaba algunos días. Y también en las clases de adultos, a las que fue el primero en asistir.

Edición original: 1990
Comprado en casadellibro.com (1,89€)

★★★★★

Ésta es otra de las novelas que me he descargado en mi lector VIVLIO y que en mayo de 2021 compré en una promoción de la Casa del Libro. Está estructurada en tres partes, tres momentos diferentes en la vida de Gabriela:

I: El comienzo del sueño

II: El sueño

III: El final del sueño

En cada una de ellas, Aldecoa cuenta etapas bien diferenciadas. Y conforme vamos avanzando en la lectura, ganamos en interés; pero también, en mi modesta opinión, en calidad literaria.

Me explico: Al principio de la novela, en la primera parte, tenía la sensación de que la historia daba saltos, como si nos plantease situaciones sin cerrar, sin pulir. Me parecía como si estuviese leyendo un boceto. Como me cuesta tanto dejar un libro, continué y, afortunadamente, la vida de Gabriela se torna más pausada, reflexiva, todo está mejor hilado, y esa sensación de ir dando saltos se reduce muchísimo. La etapa de la docencia de Gabriela y de su marido, Ezequiel, también maestro, durante el sueño de la República es sin lugar a dudas el momento más interesante, lo cual es lógico teniendo en cuenta que en cierto modo Aldecoa pretende rememorar su infancia y homenajear a su madre, maestra republicana. Todo el interés que esta segunda parte despierta para los que tenemos inquietudes pedagógicas, no decae en el tercer bloque, en ese cierre último, cuando las cunetas aparecen llenas de cadáveres.