jueves, 21 de agosto de 2025

María Oruña: El camino del fuego

Biografía: https://escriturayescritoresbiografias.blogspot.com/2024/04/maria-oruna.html

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01/07/2025 - 21/08/2025

Oliver se levantó y apoyó las manos sobre los hombros de Valentina, inclinándose un poco y curioseando qué leía ella en la pantalla.
—Bueno, seguro que obtendremos más información cuando estemos allí. Total, ahora solo tenemos datos sueltos, y a lo mejor cuando lleguemos ya han encontrado las memorias escondidas en un cajón del archivo.
Valentina se resistió un poco a apagar el ordenador, y él recurrió a Emily.
—¿Has visto, abuela? —le preguntó, fingiendo sufrir aquella situación —. No hay manera, ¡siempre quiere jugar a detectives!
—Siendo policía, ¿qué esperabas, pequeño brownie?
Valentina levantó la mirada.
—¿Brownie?
—Ah, querida, aquí los brownies son los duendecillos, ¿sabes? Llamábamos así a Oliver de pequeño, parecía un elfo con su naricilla respingona y su pelo negro, siempre alborotado.
—Cariño —negó él, mirando a Valentina—, no le hagas caso, que mi nariz siempre ha sido perfecta y lo que pasa es que aquí ponen motes a todo el mundo.
—Ay, ¡qué recuerdos! —exclamó Emily—. Lo cierto es que la familia es lo mejor, los niños, su inocencia, las excursiones y comidas que hacíamos... ¡No hay nada mejor que la risa de un niño!
De pronto, la anciana pareció darse cuenta de algo. ¿Cómo podía haber tenido aquella falta de delicadeza? Oliver y Valentina nunca podrían tener hijos. Emily Gordon estiró su cuerpecillo y, sin levantarse, tomó a Valentina de la mano y la miró con cercanía.
—Tú no sufras, niña. La vida es la vida, y hay que tomarla como venga. Sé que lo habéis pasado muy mal, pero en las Highlands se dice que el molino tritura mejor cuando se han picado muescas en sus muelas.

Edición original: 2022
Comprado en Casa del Libro, CC Viapol Center de Sevilla

★★★★

Ésta es la quinta entrega de la serie Los libros del puerto escondido, de María Oruña. Empecé a leerlo a principios del mes de julio; mi idea era tenerlo terminado antes de marcharme de viaje, pero no me dio tiempo. Cuando salgo de vacaciones fuera de casa, me gusta llevarme la lectura en el eBook, además de un libro en papel para los momentos largos de los trayectos o de espera en las estaciones, pero un libro ya conocido y leído, que no me obligue a estar demasiado concentrado. Así, como no me dio tiempo, dejé El camino del fuego en casa, con idea de retomarlo a la vuelta.

Ahora, de nuevo desde el principio, he disfrutado mucho con esta novela. He hecho una lectura pausada, que me permitía ir recordando a pasitos pequeños todo lo leído y saboreando los olores a hierba verde de las tierras escocesas. En este contexto ocurren dos casos de asesinato, uno en pleno siglo XXI, que es el que ocupa a la Teniente Valentina Redondo, y otro en el XIX, muy interesante y muy bien llevado por Oruña, contado con todo detalle y de forma muy clara, que a pesar de ello, dejaría aún dudas en la actualidad.

jueves, 14 de agosto de 2025

Lucinda Riley: La hermana tormenta. La historia de Ally

Biografía: https://escriturayescritoresbiografias.blogspot.com/2024/08/lucinda-riley.html

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09/07/2025 - 14/08/2025

Aquella noche se reunió con Karine y la mejor amiga de esta, Elle, en el café de siempre. situado a medio camino entre sus respectivas pensiones. Las dos jóvenes se habían conocido durante el primer trimestre de conservatorio, cuando les asignaron la misma habitación. Como ambas eran francesas de nacimiento y hablaban la misma lengua materna, se hicieron amigas enseguida. Aquella noche Elle había llevado a su novio, Bo, del que Pip solo sabía que también estudiaba su segundo año de música. Mientra pedían una ronda de cervezas Gose, Pip reparó, sorprendido, en el contraste entre los arrolladores rasgos morenos de Karine y la belleza rubia de ojos azules de Elle. "La gitana y la rosa", pensó cuando las bebidas llegaron a la mesa.
—Supongo que ya has oído la noticia —le dijo Karine bajando la voz.
Últimamente nunca se sabía quién podía estar escuchando.
—Sí —dijo Pip, y se percató de que el rostro de Karine se había contraído a causa de la tensión.
—Elle y bo también están preocupados. Ya sabes que Elle tambiés es judía, aunque no lo parezca. Tiene suerte —musitó la chica antes de volverse de nuevo hacia sus amigos, que estaban sentados enfrente.
—Creemos que lo que está sucediendo en Bavaria empezará a suceder aquí tarde o temprano —dijo quedamente Elle.
—Debemos esperar y ver qué consigue hacer el alcalde de Múnich. Pero aunque suceda lo peor, estoy seguro de que no tocarán a los estudiantes de nuestra escuela —los tranquilizó Pip—. Todos los alemanes llevan la música en el alma y el corazón, sean cuales sean sus inclinaciones políticas. —Confió en que sus palabras no sonaran demasiado huecas. Miró a Bo, que tenía la mirada sombría y un brazo protector sobre los hombros de su novia—. ¿Cómo estás, Bo? —le preguntó.
—Bien —contestó él.
Era un hombre parco en palabras que insistía en ir a todas partes cargado con el arco de su chelo.
Pip sabía que se trataba de uno de los chelistas con más talento de todo el conservatorio y que todo el mundo esperaba grandes cosas de él.
—¿Dónde pasaréis la Navidad?
—Todavía no...
En aquel momento, Bo miró por encima del hombro de Pip, se puso tenso y empalideció. Pip se volvió y vio a dos oficiales de las SS, con el inconfundible uniforme gris y la cartuchera de cuero alrededor de la cintura, cruzar la puerta. Advirtió que Bo se estremecía y desviaba la mirada. Por desgracia, últimamente no era una escena inusual en Lepzig.

Edición original: 2015
Título original: The Storm Sister
Edición digital para eBook

★★★★

Empecé a leer esta novela en la primera noche de mi Camino, en el Albergue Santa Ana de San Juan, cerquita de San Sebastián. Como hago siempre que salgo de Camino, llevo en digital una lectura para la noche, porque la tenue luz del móvil no molesta a los demás peregrinos. La lectura me mantenía con curiosidad hasta que los ojos se me cerraban y el móvil se me caía de las manos. Todo lo que leía me iba recordando a la primera novela de la serie Las siete hermanas, la que disfruté en agosto de 2022.

Cuando ya estaba de vuelta en casa, se me cruza otra lectura y dejo La hermana tormenta en un punto y aparte, justo en el momento en que Ally comienza a leer la traducción de la historia de Anne. Retomé la novela unos días más tarde y he estado totalmente entusiasmado con esta bonita historia, tanto lo que Riley nos cuenta de Ally como lo que nos cuenta de Anne. Y después, conocemos a Karine y a Pip, con una nueva historia que se interna en el momento del auge del nacionalsocialismo en Alemania y la entrada de los nazis en Noruega.

En definitiva, se trata de varias novelas dentro de la novela; todas son novelas de corte limpio, clásico, que se entrecruzan gracias al talento de todos los protagonistas: la música.

viernes, 1 de agosto de 2025

Dolores Redondo: Legado en los huesos

Biografía: https://escriturayescritoresbiografias.blogspot.com/2024/07/dolores-redondo.html

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 RELECTURA 
 📖 Legado en los huesos (01-08-2025)

Edición original: 2013

—Amaia —llamó la voz de niña triste.
Estiró su mano pequeña hasta tocar el pasamanos y emprendió el ascenso del último tramo mientras escuchaba cada vez con mayor claridad el tac, tac. Un paso, otro, casi al ritmo que marcaban los golpecitos hasta que llegó arriba. Entonces Ibai comenzó a llorar de nuevo y ella vio que su llanto procedía de la cuna, que en medio de la amplia habitación se balanceaba de un lado a otro, como si una mano invisible la meciera con fuerza hasta llegar al tope de madera que la frenaba. Tac, tac, tac, tac. Corrió hacia allí extendiendo los brazos para intentar frenar el balanceo de la cunita y entonces la vio. Era una niña, llevaba un camisón que era el suyo, se sentaba en un rincón del ático, el pelo rubio le caía por los hombros hasta la mitad del pecho y lloraba en silencio lágrimas tan densas y oscuras como aceite de motor, que se derramaban sobre su regazo empapando el camisón y tiñéndolo de negro. Amaia sintió un dolor profundo en el pecho al reconocer a la niña que era ella misma, muerta de miedo y abandono. Quiso decirle que no llorase más, que todo pasaría, pero la voz se quebró a mitad de su garganta cuando la niña alzó el muñón que quedaba del brazo que le faltaba y señaló la cuna en la que Ibai lloraba enloquecido.
—No dejes que la ama se lo coma como a mí.
Amaia se volvió hacia la cunita, y tomando al bebé corrió escaleras abajo mientras oía a la niña repetir su aviso.
—No dejes que la ama se lo coma.
Y mientras descendía a trompicones con Ibai apretado contra su pecho vio a los otros niños, todos muy pequeños y tristes que, alineados haciendo un pasillo, la esperaban a los lados de la escalera, y sin decir nada alzaban entre lágrimas sus brazos amputados mirándola con desolación. Gritó, y su grito atravesó el sueño y la sacó, sudada y temblorosa, de aquel trance con las manos apretadas contra el pecho como si aún portase a su hijo, con la voz de la niña clamando desde el inframundo.