Además de la de Aristóteles hubo en la antigüedad otras poéticas, entre las que destacó la Epistola a los Pisones o Arte Poética de Horacio (siglo I a.C.). En ella se dan preceptos para componer obras literarias, de los cuales, los más importantes se refieren al teatro: división de la obra en cinco actos y separación tajante entre tragedia y comedia.
Horacio establece además que la literatura debe ser útil y a la vez deleitable ("aprovechar deleitando"). Este precepto tuvo gran influencia y, hasta el presente, la finalidad de la literatura se ha movido entre estos dos polos: el arte por el arte o el arte por la idea.