Nacida en Cádiz en 1962, Elvira Lindo estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, ciudad a la que se trasladó cuando tenía 12 años. Ha ejercido como locutora de radio y ha trabajado en televisión como guionista y actriz. Ha escrito teatro, cuentos y novelas para adultos. En 1998 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Los trapos sucios de Manolito Gafotas y en 2005 el Premio Biblioteca Breve por Una palabra tuya. En 2023 ha recibido el Premio Liber, otorgado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), en reconocimiento por su contribución a la literatura.Es hija predilecta de la provincia de Cádiz.
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A CORAZÓN ABIERTO
A través de la tela del biombo veo las sombras. El cardiólogo inclinado sobre ella. Preguntándole cosas sobre su estado de ánimo, los disgustos, las arritmias, la respiración, el cansancio, la depresión. Habla de depresión, una palabra que yo no había escuchado antes. La conversación es larga. Se llaman de usted. El doctor escucha a mi madre. Yo siento, aun sin verle, su capacidad de escuchar. Cuando ella termina de responder a cada pregunta, él guarda unos segundos de silencio, como si necesitara analizar toda la información que ella le ha dado. Yo sigo la conversación a ratos. A veces no comprendo por qué hablan de cosas tan personales; otras, simplemente me abstraigo. Mi madre, tan reservada, abre su corazón ante quien ya lo tuvo en sus manos. ¿La conoce por eso mejor que nadie? Si mi padre viera esta escena sentiría unos celos horribles. El doctor Rábago le dice que en los últimos tiempos se ha avanzado mucho en la cirugía. Hay otras válvulas mejores que las que a ella le implantaron. Se lo explica con cuidado, como si temiera inquietarla. Ella responde con timidez, como temerosa a su vez de decepcionarle. No, no me operaría otra vez. Pero él le advierte de que algo está fallando. No, ya no tengo fuerzas para volver a intentarlo. Los oigo charlar tan serenos que retengo sus palabras sin alarmarme. No, yo tampoco quiero que la operen otra vez.
Tomamos un taxi y mi madre dice, ¡a Goya! Y nos reímos las dos por la alegría de no volver al barrio. Me compra en Parriego unas sandalias rojas y en Celso García lo que ella llama equipos para este verano y para los que vengan, un poco grandes. Aunque tengo ya dieciséis años, sigue albergando la esperanza de que creceré y llegaré a ser más alta que ella. Lo natural. Vamos al California a por nuestras tortitas de nata y chocolate. Parece una mañana de las de antes. ¿Qué vas a ser?, me pregunta de pronto. Yo sé que su pregunta contiene otra, lo que ella desea saber, con desesperación, es qué será de mí. Como si presintiera una catástrofe. No hablamos de lo que le acaba de recomendar el médico. Y de no hablarlo se acabará olvidando.
Edición original: 2020
Editorial Planeta - Edición digital para eBook
Comprado en casadellibro.com
★★★★★
Esta novela me la recomendó un amigo y ha sido un acierto leerla. Me ha acompañado en las últimas tardes de piscina y en las calurosas noches de finales de agosto y principios de septiembre. Sin caer de ninguna manera en sentimentalismos, la autora nos ha descrito las relaciones con sus familiares, especialmente con su madre y su padre, así como las relaciones entre ambos, desde su infancia hasta los últimos días en que acompañó a su padre antes de morir. Y también nos cuenta de manera indirecta cómo era esa España que recorrían en el coche cuando su familia se trasladaba de una ciudad a otra por motivos del trabajo de papá, y cómo era la España de la entrada en la modernidad.