sábado, 8 de junio de 2024

Joël Dicker: El enigma de la habitación 622

Biografía: https://escriturayescritoresbiografias.blogspot.com/2023/11/joel-dicker.html

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23/05/2024 - 08/06/2024

EL ENIGMA DE LA HABITACIÓN 622

En el colegio, la profesora y los demás padres dijeron tajantemente que era muy poco habitual que la mamá se fuera y dejase al niño con el papá. «Normalmente es el papá el que conoce a otra mujer», refunfuñaban en sus conciliábulos las mamás, que miraban a Sol de reojo mientras él esperaba a su hijo a la salida de clase. Cuando el niño salía, el padre le daba una bolsita de la panadería de la avenida de Alfred-Bertrand.
—¿Qué es? —preguntaba el niño.
—Un pan de chocolate.
—No, mamá prepara pan con chocolate, no de chocolate, no es lo mismo —decía Lev, hincándole el diente al bollo, pese a todo.
Y repetía con cada bocado:
—Con mamá es diferente. Está mejor cuando lo prepara ella.
—Dentro de poco, mamá volverá a prepararte la merienda. Como a ti te gusta.
—¿Y cuándo vuelve mamá?
—Dentro de poco.
Pero Dora no volvió nunca a buscar a Lev a la salida de la escuela Bertrand.
Tenía pensado irse solo por unas pocas semanas. Se trataba de una aventura que necesitaba. Con el directivo de gestión de un banco milanés que había conocido un día en el consulado y que se la llevó a dar una vuelta por la Toscana. Las dos primeras semanas se sintió tremendamente culpable y sola sin Lev. Luego, la sensación de libertad acabó por imponerse. Se despertaba por las mañanas en hoteles de lujo y se tomaba el café mirando salir el sol en una de las campiñas más hermosas del mundo. Se sentía viva. Tenía la impresión de estar viviendo por fin. Quería que esa sensación durase más y el viaje se alargó pasando por Apulia y luego por Sicilia. ¡Tenía tantas ganas de ver el Etna! El banquero, para deslumbrar a Dora, alquiló un helicóptero. Pero el aparato acabó su recorrido en el fondo del Mediterráneo. La Marina italiana rescató tres cadáveres: el del piloto, el del banquero y el de Dora.
En el anular de Dora encontraron el anillo de compromiso que le había regalado su marido y que seguía llevando puesto como si no hubiera acabado ya todo. Sol le dio esa sortija a su hijo. Fue el único recuerdo que conservó de su madre.

Edición original: 2020
Título original: L'Énigme de la chambre 622
Prestado en la Biblioteca Pública de Lora del Río

★★★

He empezado a leer el libro en edición digital. Como me ha pasado en otros momentos con Dicker, al jugar con los tiempos y con los personajes de una manera casi laberíntica, me he sentido bastante perdido. Así que lo he buscado en papel en la Biblioteca, con idea de que me resulte más fácil ir hacia atrás para hilvanar todo lo que cuenta. En la primera mitad, me parecía que daba vueltas sobre lo mismo, sin que avanzara mucho la historia. Sabemos desde el principio que asesinaron a alguien en la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos, pero no sabemos ni quién murió ni quién fue el asesino. Pero creo que esto es lo menos importante de la narración: es precisamente, por un lado, el juego confuso entre todos los personajes que nos presenta, cada uno con su propia historia y cada uno presentado como un personaje relevante dentro de la novela, por lo que todos se convierten de alguna manera en sospechosos, y por otro lado, el juego con los tiempos, que nos llevan de la actualidad a todos los entresijos de la situación quince años atrás.
He leído en internet algunas críticas a la novela, y en una de ellas se decía que en esta novela Dicker se ha situado en el filo de la navaja, en el sentido de que se ha arriesgado a que la historia sea demasiado inverosímil o incluso absurda. Es probable que así sea, por eso creo que una segunda lectura quizá me permita sacarle todo el jugo.