viernes, 2 de septiembre de 2011

Los géneros literarios

Como ya se ha indicado, la teoría clásica dividió entre géneros las obras literarias de acuerdo con la presencia de la voz del autor en el texto: lírico, épico y dramático. Más tarde, a partir del siglo XVIII, se añadió un nuevo género que se servía de algunos recursos imaginativos y, sobre todo, ligüísticos, de aquéllos: el género didáctico.
Es útil distinguir los géneros de los modos. Así, los modos lírico, épico, dramático, trágico, cómico, satírico, paródico, didáctico, pueden aparecer en cualquiera de los cuatro géneros. Por ejemplo, en una obra de teatro de Lope de Vega, que pertenece al género dramático, pueden darse todos los modos anteriores según los pasajes.
Puesto que los géneros están constituidos por obras particulares, se puede trazar la historia de su permanente cambio en la tradición literaria. Así, por ejemplo, la novela picaresca no existe hasta unas fechas muy concretas, al igual que el drama romántico o los libros de caballerías.

Género lírico
Es, a grandes rasgos, el género que expresa el mundo subjetivo del autor. Entiéndase que se trata de la voz del autor, que puede no tener nada que ver con los auténticos sentimientos del autor real. El modo de expresión es el verso.
La lírica es el género de más difícil clasificación, por la variedad de formas que lo constituyen: oda, elegía, sátira, epístola, epigrama, villancicos, canciones, romances líricos, etc. En cada época pueden surgir formas nuevas, como es el caso de la canción petrarquista en el Renacimiento.
El soneto, en el que se desarrolla un concepto, es la forma epigramática por excelencia.


Río Duero a su paso por Soria
El sentimiento ante la contemplación del paisaje es uno de los temas frecuentes
en la lírica.


Género dramático
Es el género al que pertenecen las obras en que sólo hablan los personajes. Las obras que en él se encuadran están compuestas para ser representadas, salvo casos anómalos como La Celestina, de Fernando de Rojas, o La Dorotea, de Lope de Vega, que aunque formalmente pertenecen al género dramático, han sido creadas para ser leídas.
Los géneros dramáticos mayores son la tragedia, la comedia y la tragicomedia, que, a partir del siglo XVIII, se denomina drama.
Entre los géneros dramáticos menores están el entremés y el sainete, piezas breves cómicas que se incluyen al principio, en los entreactos o al final de una obra mayor, y el auto sacramental.



Género épico
Es el género en el que el autor narra y hace hablar a los personajes. Puede estar compuesto en verso o en prosa. Los géneros épicos mayores en verso son la epopeya, el cantar de gesta y el poema épico; y en prosa, la novela y el cuento.
  • Epopeya: Narra las acciones de héroes míticos y en ellas se suelen incluir las creencias -religiosas, sociales, morales- de una nación. La Ilíada y la Odisea, de Homero, y la Eneida, de Virgilio, son las más importantes epopeyas de la antigüedad.
  • Cantar de gesta: Es el género característico de la Edad Media. Relata alguna hazaña de un personaje histórico o pseudohistórico como, por ejemplo, Roldán, el Cid o Bernardo del Carpio. Como la epopeya homérica, también es cantado por especialistas, en este caso, por los juglares. El Romancero es un subgénero de estos cantares.
  • Poema épico: Es el que desde el Renacimiento se compone a imitación de los clásicos, sobre todo de Virgilio. Suele estar escrito en octavas reales y puede tratar de temas fabulosos o históricos, o mezclar ambos. Poemas épicos históricos, con elementos fabulosos, son La Araucana, de Alonso de Ercilla; Os Lusíadas, del portugués Luis Camoens; y La Jerusalén conquistada, de Lope de Vega. Entre los fabulosos destaca Orlando fusioso, del italiano Ariosto.
  • Novela: En general, se suele entender por novela un relato ficticio extenso en prosa. El novelista inglés Foster la definía como texto imaginativo escrito de más de 50.000 palabras. Sin embargo, la crítica suele discernir entre aquellos relatos que tienen como protagonistas a personajes ideales, que no alteran ninguna de sus cualidades a pesar de los sucesos que les ocurren, y aquellos personajes en los que la realidad sí modifica sus comportamientos. Sería la diferencia entre la novela idealista de los siglos XV y XVI y la novela realista que se inicia con el Lazarillo de Tormes y el Quijote y llega a su culminación con la novela realista del siglo XIX y con la complejísima novela del siglo XX. La crítica anglosajona llama a la primera "romance" y a la segunda "novel".
  • Cuento: Es un relato breve, que puede ser folclórico o culto. Con frecuencia interviene en él el elemento fantástico. En la Edad Media se utilizaron a modo de ejemplos, tal como ocurre en El Conde Lucanor. La leyenda difiere del cuento en el origen del asunto, que el escritor halla en la tradición. En el Romanticismo fueron muy frecuentes las leyendas en verso.
Género didáctico
Como en el caso de la lírica, el género didáctico es una especie de cajón de sastre. Horacio exigía a toda obra épica, lírica o dramática la función de "enseñar y deleitar". Y, a la vez, quienes tenían la intención primordial de enseñar procuraron revestir sus obras de todos aquellos elementos literarios o "deleitables".
Aparte de las fábulas y ejemplos, que pertenecen propiamente al género épico, son los diálogos y ensayos las manifestaciones más características del género didáctico.
  • Diálogos y coloquios: Formalmente pertenecen al género dramático, pues sólo hablan los personajes. Fue género característico de la antigüedad y del Renacimiento. Podían versar sobre cualquier materia, con personajes históricos o fingidos.
  • Ensayo: Es una reflexión breve inteligente, aguda y amena que puede tratar de cualquier materia desarrollada desde el punto de vista del autor. Su auge coincide con el desarrollo del periodismo y las revistas culturales.
Por lo demás, el modo didáctico se encuentra en todos los géneros llamados literarios.