sábado, 12 de marzo de 2016

Poética, de Aristóteles

En diferentes estudios introductorios que he leído acerca de qué es la literatura, se hace referencia a este libro de Aristóteles, poniendo así en valor el interés que desde la Grecia clásica ha despertado el fenómeno literario. La asignatura de "Introducción a la teoría literaria", en el Grado de Lengua y Literatura Españolas de la UNED (curso 2015-2016), lo recoge como lectura obligatoria. He elegido esta edición de Alianza Editorial, tanto por su brevedad y precio asequible, como por las anotaciones y la introducción de Alicia Villar Lecumberri, doctora en filología griega y profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Las principales ideas que señalo de esta introducción están recogidas a continuación:
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La cuestión básica que se plantea en la Poética es cómo debe estar compuesta una obra dramática para mantener continuamente el interés del espectador.
(...) la poesía produce en quien la escucha sentimientos variopintos. En la tragedia, por su parte, la palabra despierta emociones entre los que asisten a una representación, que responden a dos conceptos del lenguaje: la imitación y el engaño. Cuando se imita una acción y los oyentes hacen suya esa acción ficticia es cuando la palabra se hace poesía. Y así, se pueden imitar acciones por medio de palabras, colores, sonidos o gesticulación. Este tipo de imitación recibe el nombre de "poesía". (...)
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En la Poética, Aristóteles caracteriza la poesía como arte de imitación. (...) Para Aristóteles, el objetivo de la poesía es el placer y el hechizo o la sorpresa. Así, la catarsis es un efecto inevitable como un fin en sí misma.
(...) Pero hay que señalar que Aristóteles trata sólo de las formas dramáticas y narrativas. Es imposible estar seguros de si consideraba, o no, la lírica como una imitación. (...)

Y si nos vamos ya al texto de Aristóteles, sus principales argumentaciones van en las líneas siguientes:

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Parece que, en general, fueron dos las causas que originaron la poesía, y ambas naturales. En efecto, el imitar es algo connatural a los hombres desde niños, y en esto se diferencian de los demás animales, en que el hombre es muy proclive a la imitación y adquiere sus primeros conocimientos por imitación; y también les es connatural el complacer a todos con las imitaciones. (...) Y una causa de esto es también el hecho de que aprender es algo muy agradable no sólo para los filósofos, sino también para el resto de las personas por igual, si bien participan de ello en una pequeña medida. (...)
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La comedia es (...) imitación de personas de baja estofa, pero no de cualquier defecto, sino que lo cómico es una parte de lo feo. Efectivamente, lo cómico es un defecto y una fealdad que no contiene ni dolor ni daño. (...)
La epopeya, por su parte, discurrió a la par de la tragedia, pero sólo en tanto que es imitación de personas serias, en verso y con discurso; pero difieren en que la primera tiene un verso uniforme y es un relato. (...)
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(...) la tragedia es la imitación de una acción seria y completa, de una extensión considerable, de un lenguaje sazonado, empleando cada tipo, por separado, en sus diferentes partes, y en la que tiene lugar la acción y no el relato, y que por medio de la compasión y del miedo logra la catarsis de tales padecimientos. Por "lenguaje sazonado" entiendo el que está dotado de ritmo, armonía y canto, y por "empleando cada tipo, por separado", quiero decir el hecho de que unas partes se llevan a cabo sólo a través de los metros, y otras, en cambio, mediante el canto. Y puesto que hacen la imitación actuando, en primer lugar, a la fuerza, una parte de la tragedia será el aderezo del espectáculo, y después la composición musical y la elocución, porque con estos medios llevan a cabo la imitación. (...) Dos son las causas de las acciones: la manera de pensar y el carácter (...). Pero la imitación de la acción es el argumento. Al hablar aquí de argumento me refiero a la composición de los hechos, y al decir "carácter" aludo a aquello en virtud de lo cual consideramos que los que actúan tienen unas cualidades u otras; por "manera de pensar" entiendo aquello a través de lo cual los que hablan manifiestan algo o dan su opinión. (...)
(...) todo drama conlleva espectáculo, carácter, argumento y elocución, así como canto y manera de pensar. Con todo, el elemento más importante de todos es la trama de los hechos; pues la tragedia es imitación no de personas, sino de acción y de vida, y la felicidad y la infelicidad están en acción (...). Y los personajes son tales o cuales según el carácter; pero según las acciones son felices o lo contrario. De ahí que no actúen para imitar los caracteres, sino que revisten los caracteres gracias a las acciones. De modo que los hechos y el argumento son el objetivo de la tragedia, y el objetivo es lo principal de todo. (...)
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(...) la tragedia es imitación de una acción entera y completa, que tiene una cierta extensión (...). Completo es aquello que tiene comienzo, medio y fin. (...)
(...) la belleza conlleva una extensión y un orden (...).
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(...) la función del poeta no es narrar lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, y lo posible, conforme a lo verosímil y lo necesario. Pues el historiador y el poeta no difieren por contar las cosas en verso o en prosa (...). La diferencia estriba en que uno narra lo que ha sucedido, y el otro, lo que podría suceder. De ahí que la poesía sea más filosófica y elevada que la historia, pues la poesía narra más bien lo general, mientras que la historia, lo particular. (...)
(...) lo posible es convincente. (...) hasta los hechos conocidos los conocen unos pocos, y sin embargo deleitan a todos.
(...) Y en el caso de que trate cosas que han sucedido, no por ello es menos poeta; pues nada impide que algunos de los hechos ocurridos sean tales que sea verosímil que hayan podido ocurrir (...).
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(...) es necesario que un argumento bien articulado sea simple antes que doble, como dicen algunos, y no ha de pasar de la desdicha a la dicha, sino, por el contrario, de la dicha a la desdicha; y no por maldad, sino por un fallo grave de un hombre (...)
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(...) en los caracteres, lo mismo que en la trama de los hechos, hay que buscar siempre lo necesario y lo verosímil, de modo que sea necesario o verosímil que tal personaje diga o haga tal cosa, y que sea necesario o verosímil que tal hecho suceda después de tal otro. Es, pues, evidente que el desenlace del argumento debe resultar del argumento en sí mismo (...)
(...)
Es preciso urdir la trama de los argumentos y pulirlos con la elocución, poniéndolos ante los propios ojos lo más vivamente posible; pues de ese modo, al verlos con la mayor claridad y la manera en que se realizan, se podrá hallar lo conveniente y difícilmente le pasarán inadvertidas las contradicciones. (...)
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(...) Corresponde al pensamiento todo aquello que debe ser procurado mediante el lenguaje. (...)
En cuanto a la elocución, uno de los puntos dignos de consideración es el de los modos de elocución, cuyo conocimiento corresponde al arte del actor (...)
(...)

En el capítulo XX, Aristóteles hace referencia a la "métrica"; corresponde a lo que más tarde se denominará "gramática".

(...) los vocablos extraños, la metáfora, la palabra ornamental y los demás tipos mencionados evitarán la vulgaridad y la bajeza, y el vocablo usual conllevará claridad.
(...)
(...) de cualquier modo, el hacer ostentación del uso de este estilo es ridículo, pues la mesura hay que aplicarla a todas las partes de la elocución. Y es que, empleando indebidamente las metáforas, los vocablos extraños y demás figuras, se conseguirá lo mismo que si se buscara adrede un efecto ridículo.
(...) Y si se sustituyen los vocablos extraños, las metáforas y las demás figuras por palabras usuales, se puede comprobar la veracidad de lo que decimos. (...)
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(...) lo más importante de todo es dominar el uso de la metáfora, ya que esto es lo único que no se puede tomar de otro y es señal de talento (...).
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En cuanto a la imitación narrativa y en verso, es evidente que se debe estructurar los argumentos del mismo modo que en las tragedias, de manera dramática y en torno a una sola acción completa y acabada, que tenga principio, medio y fin, para que, como un ser vivo unitario y completo, produzca el placer que le es propio (...)
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Hay que preferir lo imposible verosímil a lo posible increíble; y los argumentos no deben componerse de partes irracionales, sino ante todo no deben tener nada irracional, o de lo contrario, lo irracional ha de estar fuera de la trama (...)
La elocución hay que trabajarla especialmente en aquellas partes en las que no hay acción y que no quedan perfiladas ni por el carácter ni por los pensamientos; pues la elocución muy brillante encubre, en cambio, los caracteres y los pensamientos.
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Puesto que el poeta es imitador, igual que el pintor o el hacedor de imágenes, necesariamente tendrá que imitar de una de las tres maneras posibles; o bien como eran las cosas o son, o bien como se dice o se cree que son, o como deben ser. (...)
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(...) las críticas se presentan partiendo de cinco tipos de reparos: o por ser imposibles, o irracionales, o perjudiciales, o contradictorias, o contrarias a la corrección del arte. (...)
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