miércoles, 30 de octubre de 2013

La poesía neoclásica

Durante el siglo XVIII, la poesía fue un género en franca decadencia, entre otras causas por el didactismo y el espíritu práctico y prosaico que impregnaba la sociedad de esta época. Del escaso valor que se concedía a este género da idea la respuesta que dio Jovellanos a un amigo que le manifestó su deseo de escribir un poema dedicado a España:

Haga usted cosas más útiles: unas memorias agrícolas, comerciales o artísticas de Sevilla, por ejemplo.

La poesía neoclásica huye de los excesos del Barroco y busca sus fuentes en el Renacimiento y la antigüedad grecolatina. Sus temas predominantes fueron la naturaleza, considerada como modelo de sencillez y armonía, y los temas sociales propios de la Ilustración: la amistad, la filantropía, el progreso...
Los poetas más destacados de la época pertenecen a la llamada escuela salmantina, que entroncó con la poesía tradicional castellana, especialmente con Garcilaso y Fray Luis de León. Los poetas de la escuela salmantina buscaron el equilibrio entre la expresión y el contenido y trataron temas bucólicos y campesinos. El poeta más destacado de esta escuela y de toda la centuria es Meléndez Valdés.


Juan Meléndez Valdés
(1754 - 1817)
 Meléndez Valdés 
Juan Meléndez Valdés nació en Ribera del Fresno (Badajoz) en el año 1754. Estudió leyes en Salamanca, de cuya universidad fue después catedrático. Su carácter débil e indeciso le llevó a aceptar un cargo durante la invasión napoleónica, motivo por el que tuvo que emigrar a Francia después de la guerra. Murió en Montpellier en 1817.
En su poesía, dotada de una gran perfección formal, se distinguen dos épocas, que reflejan las dos tendencias poéticas del momento:
  • En su primera época cultivó la poesía amorosa de tono ligero y sensual. Se trata de una poesía pastoril en la que el amor de pastoras y pastores transcurre en un ambiente de fiesta, enmarcado en una naturaleza amable y armoniosa. Los poemas, de tono sensorial, leve y juguetón, están escritos en metros cortos, lo que les confiere una gran fluidez y un ritmo ágil.
La blanda primavera
derramando aparece
sus tesoros y galas
por prados y vergeles...
  • En su segunda época, el poeta aborda temas ideológicos, bien sean las ideas filantrópicas de la Ilustración -como la defensa de los desvalidos, la mejora de la agricultura o la protección de las ciencias-, bien sean ideas filosóficas y religiosas en la línea de Fray Luis.
... Y la mente que no vía
sino sueños fantásticos, ahincada
corre a ti, ¡oh celestial filosofía!,
y en el retiro y soledad se agrada.

En la poesía de esta segunda época, lo sensorial cede paso al sentimiento y al sentimentalismo, con lo que preludia el Romanticismo. La naturaleza, especialmente los paisajes nocturnos o invernales, se toma como punto de partida para las grandes reflexiones y el estilo se hace más solemne y declamatorio. Se gana en profundidad en los temas pero se pierde en espontaneidad y frescura.