martes, 6 de diciembre de 2011

La literatura didáctica: el mester de clerecía

Junto a la corriente del mester de juglaría se desarrolla en la Edad Media otra corriente literaria de características muy diferentes: el mester de clerecía. El término "mester de clerecía" designa el oficio o forma de escribir de los clérigos.
Aunque las producciones del mester de clerecía son muy diversas, hay una serie de rasgos que caracterizan a esta corriente. Entre otros destacan los siguientes:

  • Ausencia de asuntos heroicos. A diferencia del mester de juglaría, los autores de este mester tratan generalmente de asuntos religiosos, ascéticos... Únicamente una obra, el Poema de Fernán González, desarrolla un tema épico.
  • Finalidad didáctica. Las obras del mester pretenden dar a conocer al pueblo hechos que le sirvan de ejemplo: para ello utilizan como base obras filosóficas y religiosas antiguas.
  • Lenguaje claro y artístico. Debido a su finalidad didáctica, los autores del mester de clerecía utilizan un lenguaje que puede ser comprendido fácilmente por el público al que se dirigen. No obstante, también introducen palabras nuevas y cultismos, lo cual manifiesta una cierta intención artística que no parece existir en los autores del mester de juglaría.
  • Empleo de la cuaderna vía. Una de las características más destacadas del mester de clerecía es el uso de la estrofa llamada cuaderna vía. Esta estrofa está formada por cuatro versos alejandrinos (de catorce sílabas) que riman todos entre sí, tal como podemos apreciar en los versos iniciales del Libro de Alexandre, donde además se establece la diferencia con el mester de juglaría.
Mester traigo fermoso, non es de joglaría;
mester es sen pecado, ca es de clerecía.
Fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sillabas cuntadas, ca es grant maestría.

Representación de un monje en su scriptorium, miniatura de las Cantigas, siglo XIII.
Se conserva en la Biblioteca del Monasterio de El Escorial.
Las aportaciones del mester de clerecía a la literatura medieval se produjeron durante los siglos XIII y XIV. Las más destacadas son las siguientes:
  • Las obras de Gonzalo de Berceo, primer poeta castellano de nombre conocido.
  • El Libro de Apolonio y el Libro de Alexandre, ambas de autor desconocido.
  • El Libro de buen amor, obra cumbre del mester de clerecía, escrita por el Arcipreste de Hita en el siglo XIV.
  • El Rimado de palacio, obra de carácter satírico escrita por el canciller López de Ayala.


Gonzalo de Berceo
Gonzalo de Berceo es el principal representante del mester de clerecía. Nació a finales del siglo XII en Berceo, un pueblo de La Rioja cercano al monasterio de San Millán de la Cogolla. En este monasterio se educó y transcurrió su vida.


Monasterio de San Millán de la Cogolla
Una producción de carácter religioso
Las obras de Berceo que han llegado hasta nosotros hacen un total de nueve composiciones, que pueden agruparse en obras doctrinales, vidas de santos y obras dedicadas a la Virgen.

  • Obras doctrinales. Encontramos en este grupo dos poemas de tono didáctico: Del sacrificio de la misa y De los signos que aparecerán antes del Juicio. Habitualmente, son estas obras las menos apreciadas entre toda la producción de Berceo.
  • Vidas de santos. Es el grupo más numeroso. Son obras dedicadas a santos que tuvieron relación con el monasterio de San Millán. Entre ellas tenemos, por ejemplo, la Vida de Santo Domingo de Silos o la Vida de San Millán de la Cogolla. En general, estas obras responden a la siguiente estructura: en primer lugar, Berceo nos cuenta la vida del santo, luego narra los milagros que realizó en vida y, por último, relata los favores que concedió una vez muerto.
  • Obras dedicadas a la Virgen. A este grupo pertenece la obra más conocida de este autor: Milagros de Nuestra Señora. Son una colección de 25 milagros que aparecen precedidos de una introducción alegórica. Cada milagro es una especie de cuadro que sirve de marco a una imagen central: la Virgen como redentora de los pecadores.
En general, todos los milagros responden a una misma estructura, en la que se observan tres partes diferenciadas: tentación por parte del diablo, caída del pecador y milagro de la Virgen en ayuda del pecador.
Los Milagros se inscriben dentro de la tradición mariana medieval y se basan en las antiguas compilaciones de milagros que los clérigos utilizaban para elaborar sus sermones.

El estilo de Berceo: sencillez y naturalidad
Berceo utiliza en sus obras la cuaderna vía y lo hace siguiendo unas reglas rigurosas para diferenciarse así conscientemente de la forma de componer de los juglares.
En general, Berceo toma como base textos latinos y los recrea para intentar acercarlos a un público sencillo, carente de preparación teológica. Para ello utiliza diminutivos, sinónimos, expresiones populares y refranes, como ocurre en el último verso de la siguiente estrofa:

Dijo Pedro: "En la vida traje gran avaricia,
túvela por amiga a vueltas con codicia;
por eso ahora estoy puesto en tan mala tristicia:
quien tal hace tal pague, esto es fuero y justicia".
(Versión modernizada de Daniel Devoto)

En ocasiones, Berceo se sirve de referencias y llamadas de atención al público, al igual que hacían los juglares. Así, en la introducción a los Milagros el autor se dirige directamente al auditorio con estas palabras:

Amigos y vasallos de Dios omnipotente,
si escucharme quisierais de grado atentamente,
yo os querría contar un suceso excelente:
al cabo lo veréis tal, verdaderamente.