miércoles, 16 de enero de 2013

Miguel de Cervantes, un escritor de carácter

Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares el año 1547. Su juventud estuvo repleta de acontecimientos novelescos y heroicos. En 1569 se trasladó a Italia, donde desempeñó el cargo de camarero del cardenal Acquaviva. Poco después se alistó en el ejército y en 1571 participó en la batalla de Lepanto, "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros". En esta batalla fue herido de un arcabuzazo en el pecho y en la mano derecha, que le quedó paralizada para siempre.
Pese a sus lesiones, Cervantes permaneció en el ejército y participó en otras campañas hasta que en 1575 decidió licenciarse y regresar a España. Pero, durante el viaje de vuelta, su galera fue apresada por unos piratas berberiscos, quienes lo llevaron a Argel. Allí Cervantes permaneció cautivo cinco años, durante los cuales intentó fugarse en cuatro ocasiones. Más tarde llevaría a su obra el tema del cautiverio, un cautiverio que él mismo describió así en una epístola dirigida al Secretario de Felipe II:

Del amarga prisión, triste y escura,
adonde mueren veinte mil cristianos
tienes la llave de su cerradura.

Todos, cual yo, de allá, puestas las manos,
las rodillas por tierra, sollozando,
cercados de tormentos inhumanos.

Rescatado al fin por los frailes trinitarios, Cervantes viajó a Madrid, donde se encuentra pobre y sin oficio. Se inicia así la segunda parte de su vida, sin duda menos agitada pero llena de penurias económicas y de lances desgraciados.
A partir de 1585, Cervantes ejerció durante varios años como encargado de recolectar trigo para la Armada Invencible y como tal recorrió Andalucía. Más tarde, el año 1594, fue nombrado recaudador de impuestos. En ambos cargos tuvo problemas con la justicia y fue encarcelado. Pero hasta este hecho dio frutos positivos: fue en prisión donde concibió El Quijote y escribió su primer borrador.
Cervantes murió en Madrid el 23 de abril de 1616, cuatro días después de haber escrito la dedicatoria y el prólogo de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, en los cuales parece despedirse de la vida:

Puesto ya el pie en el estribo,
con las ansias de la muerte,
gran señor, ésta te escribo.

Un escritor que supera la tradición
Durante el siglo XVI se produjo un importante florecimiento de la prosa novelesca, que se manifiesta en el cultivo de diversos subgéneros narrativos: libros de caballerías, novelas pastoriles, novelas bizantinas, novelas moriscas y novelas cortas.

  • Los libros de caballerías proceden de finales de la Edad Media. En ellos se narran las increíbles aventuras de un caballero andante. Gozaron de una gran aceptación por parte del público.
  • Las novelas pastoriles presentan los amores de unos caballeros y unas damas disfrazados todos ellos de pastores en el marco de una naturaleza idílica.
  • Las novelas bizantinas narran las aventuras, los viajes y las innumerables peripecias que les suceden a unos enamorados a los que el azar ha separado.
  • Las novelas moriscas, ambientadas en el mundo árabe, narran las hazañas de personajes musulmanes caracterizados por su nobleza y generosidad.
  • Las novelas cortas recogen motivos populares.

A estos subgéneros hay que añadir, lógicamente, la novela picaresca, representada por El Lazarillo.

Cervantes se inserta en esta tradición y cultiva distintos subgéneros narrativos llegando incluso a combinarlos en una sola obra: El Quijote. Es precisamente en El Quijote, en principio parodia de los libros de caballerías, donde el autor va más allá de la tradición y crea una forma nueva y revolucionaria.
Como autor dramático, Cervantes parte también de la tradición, en este caso del teatro culto y popular renacentista. Pero también en este campo introduce importantes novedades que él mismo explica:

Me atreví a reducir las comedias a tres jornadas, de cinco que tenían; mostré, o, por mejor decir, fui el primero que representase las imaginaciones y los pensamientos escondidos del alma, sacando figuras morales al teatro, con general y gustoso aplauso de los oyentes...