viernes, 4 de abril de 2014

El Realismo

Rebasada la segunda mitad del siglo XIX, comienza a desarrollarse una nueva forma de arte, el Realismo, que representa, en su forma de acercarse a la realidad, una reacción frente al anterior movimiento artístico, el Romanticismo.
En éste predominaba una visión individualista y emocional de la realidad, mientras que el Realismo aspira a observarla con la máxima atención y describirla lo más objetivamente posible.
Contemporáneamente se estaban produciendo en España y en Europa una serie de cambios políticos y sociales, entre los cuales es de interés para la literatura el nacimiento del proletariado, clase social explotada por la burguesía, lo que acarreará una serie de problemas frente a los cuales los escritores tomarán opciones comprometidas. De ahí que su observación de la realidad se centre en lo cercano, en lo cotidiano de la sociedad.
El género literario más apropiado para este análisis es, sin duda alguna, la novela: por su extensión, porque podía combinar la voz omnisciente del narrador -expresando sus convicciones morales, políticas...- con la de los personajes, que se expresan en un lenguaje coloquial, adaptado a su personalidad, clase social y cultura. Es decir, es un diálogo realista, fiel imitación de la vida.
Los temas de las novelas suelen ser los del gusto de la burguesía -la clase lectora por excelencia-, pero prestando atención a cierta parte de la población marginada (mendigos, cesantes, pobres de necesidad...), cuya situación se quiere denunciar.
Este movimiento tiene una amplia repercusión en Europa:
- En Francia destacan, entre otros, Balzac con La comedia humana, y Flaubert con una novela típicamente realista, Madame Bovary, con una rica observación psicológica de la protagonista.
- En Inglaterra sobresale Charles Dickens, que se acerca con acierto y bondad al mundo infantil y al de los pobres. Recordemos David Copperfield.
- En Rusia aparecen dos gran escritores, leídos y llevados al cine: León Tolstoi, con su conocida novela Guerra y paz, entre otras, y Dostoievski con Los hermanos Karamazov.
- En España, como en anteriores movimientos literarios, el Realismo se desarrolla más tarde que en Europa, por lo que recibe el influjo europeo, pero enlazando con la rica tradición realista de la novela picaresca y, sobre todo, con El Quijote.
Marcan el momento cumbre del Realismo Pereda (Peñas arriba, Sotileza), Galdós (Doña Perfecta) y Valera (Pepita Jiménez), por una parte; y entre el Realismo y el Naturalismo (consideración excesiva del influjo biológico y de las circunstancias sobre las conductas de los personajes) tenemos a Clarín y a Emilia Pardo Bazán con Los pazos de Ulloa).


Pérez Galdós
1843 - 1920
 Benito Pérez Galdós 
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, se traslada muy joven a Madrid, donde se instala definitivamente. Tomó parte en la vida política con postura progresista y su ideología republicana le valió ser vetado para el Premio Nobel dos veces. Vivió sus últimos años ciego, impedido, y sin poder seguir escribiendo. Poco tiempo antes de morir se le rindió un gran homenaje, por iniciativa real, de reconocimiento a su dilatada labor.
Su vida, un tanto retraída, debido a su modo de ser silencioso y tímido, transcurrió dedicada a poner por escrito su reflexión comprensiva de la sociedad española de su tiempo, especialmente las clases media y popular de Madrid. Esta simpatía y bondad, con ciertos toques de humor, le hacen digno heredero de Cervantes.

¿Qué escribe?
Salvo una breve incursión en el mundo del teatro -El abuelo, Electra-, Galdós es ante todo novelista. En su itinerario se pueden distinguir varias etapas:
Los episodios nacionales.- Son cuarenta y seis libros sobre los acontecimientos más importantes de la historia española del siglo XIX, escritos con soltura y sencillez, en forma novelada, para transmitir un mensaje de audacia y tolerancia al pueblo español, al que de modo indirecto pide colaboración para una historia distinta, hacia la paz y el progreso. Abarcan desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración. Son notorios Trafalgar o Bailén.
Novelas de la primera época.- Escribe una serie de novelas denominadas de tesis, por atacar en ellas algunos de los valores tradicionales, como la religiosidad intransigente y fanática en Doña Perfecta y La familia de León Roch, las dos más notables.
Novelas españolas contemporáneas.- Centradas en los avatares de la sociedad madrileña, especialmente de la clase media y los marginados. No son obras de tesis, más bien son novelas de caracteres; sus personajes cobran hondura psicológica en novelas como Fortunata y Jacinta, una de sus mejores obras.
Años más tarde, influido por los escritores rusos, entra en una etapa más realista-espiritual, y compone novelas en las que brilla la bondad, la generosidad. La más representativa es Misericordia.
Su técnica narrativa es la propia del Realismo: observación de la realidad, narrador omnisciente (que conoce todo lo que va a suceder y lo adelanta), numerosas descripciones, diálogos vivos, reales, y algunos monólogos introspectivos.
Escribió mucho y se le acusa, como a todos los escritores prolíficos, de cierto descuido en el lenguaje. Pero se le reconoce como escritor realista insigne por la naturalidad con que expresa su detallada observación de la sociedad de su tiempo.
Combina con acierto el habla coloquial con la voz sencilla y culta del narrador.

 Leopoldo Alas "Clarín" 
Clarín
1852 - 1901

Desde pequeño vivió en Oviedo, donde llegó a desempeñar la cátedra de Derecho Romano. Los estudios de leyes los acabó en Madrid, donde comenzó a destacar por su labor periodística, pero es en Oviedo donde desarrolla sus cualidades de crítico, cuentista y novelista.
Como Galdós, a quien admiraba, era de tendencia republicana, lo que no le impidió ser amigo de personalidades literarias de otro signo, como Menéndez Pelayo. Era un gran intelectual, de talante retraído, agudo, certero y duro en sus críticas, por lo que fue tan admirado como temido.

¿Qué escribe?
Se le considera el mejor crítico de su época por lo atinado de sus juicios sobre los valores literarios de los autores contemporáneos. Son interesantes la colección de artículos publicados como Solos (de ahí su seudónimo de Clarín), y los Paliques, críticas de tono un tanto festivo.
Como autor literario escribe:
Cuentos de tipo costumbrista, como Avecilla, El doctor Sutilis, y otros cuentos rebosantes de sentimiento, emoción y ternura, como ¡Adiós, Cordera!, que tienen un fondo lírico con forma narrativa. También escribió Cuentos morales, y un libro póstumo, El gallo de Sócrates.
Novelas cortas. Escribe bastantes, y a veces no se distinguen claramente de un cuento. Las más conocidas son Doña Berta, Superchería y Pipá, que bucean con finura en la psicología de los personajes.
Clarín dio al cuento su mayor rango literario. Con sus temas y sucesos sencillos pero dramáticos de la vida cotidiana, y con sus personajes, muchos de ellos humildes, alcanza el equilibrio exacto entre lo poético y lo psicológico.
Novelas largas. Tiene dos de reconocida fama: La Regenta y Su único hijo. La Regenta está considerada como el prototipo de la novela naturalista en España; provocó una gran reacción hostil a Clarín en Oviedo, por los ataques a la ciudad de Vetusta, nombre simbólico de Oviedo, por donde se pasean todas las clases sociales, con sus vicios y miserias.
Sú único hijo también está ambientada en una ciudad de provincias, donde se vive la conmoción de la llegada de una compañía de ópera italiana. Es interesante el estudio de la intimidad de los personajes.
Autor inteligente y con gran cultura, en Clarín prevalece la profundidad de sus planteamientos y análisis de caracteres sobre los temas variados o sorpresivos.