lunes, 14 de abril de 2014

La Generación del 98

Dice Pedro Salinas que "con este nombre [Generación del 98] designo Azorín a un conjunto de escritores surgidos alrededor de 1900, y que representaban una querencia de honda renovación del espíritu nacional".
El año 1898 había sido el del desastre, el de la pérdida de las últimas colonias de ultramar. Y los intelectuales conscientes manifiestan su protesta contra el tipo de sociedad y de política anquilosada española, planteando una reforma de la vida nacional. A estos escritores les une la preocupación por España, el sentimiento de España, el pensar y el querer a España. Para ello proponen conocer España:
- Desde su núcleo inicial, Castilla: "España está por descubrir", decía Unamuno.
- A través de su paisaje sobrio y austero. No hay más que recordar algunos títulos de sus obras: Campos de Castilla (Antonio Machado), Castilla (Azorín), La España del Cid (Ramiro de Maeztu).
- A través de su historia, la historia de la vida cotidiana del pueblo (la intrahistoria), sus raíces, más que sus batallas y mandatarios.
- A través de su literatura, la medieval: Berceo, Manrique; los clásicos: Garcilaso, Góngora; y los que han "padecido" a España: Larra.
Son considerados escritores del 98 por su edad, formación común y coincidencia estilística:

 *  Miguel de Unamuno, maestro y precursor de la generación, que cultiva todos los géneros literarios.
 *  José Martínez Ruiz, Azorín, excelente periodista que escribe artículos y ensayos políticos y literarios, con el tema de España. Cultiva también la novela y el teatro.
 *  Pío Baroja, cuya mejor producción es la novela: Camino de perfección, El árbol de la ciencia y la trilogía de La lucha por la vida.
 *  Ramiro de Maeztu, gran ensayista.
 *  Antonio Machado, poeta, dramaturgo y narrador.

Algunos incluyen también a Valle-Inclán e, incluso, a Jacinto Benavente, con obras teatrales como La malquerida y Los intereses creados.
Coinciden estos escritores en la búsqueda de una sencillez en la forma, lejos de la ornamentación modernista, y en el empleo de un lenguaje directo, sin retoricismos. Azorín, con su característica frase breve, es el más innovador del grupo.

Miguel de Unamuno
1864 - 1936
 Miguel de Unamuno 
Nace en Bilbao. Cursa Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Obtiene la cátedra de griego de la Universidad de Salamanca, de la cual llega a ser rector. Es destituido y desterrado a Fuerteventura por el régimen de Primo de Rivera. De allí huye a Francia, donde permanece hasta 1931. La República lo repone en su cargo de rector, título que con carácter vitalicio mantendrá hasta su muerte, en los comienzos de la guerra civil.
Unamuno es un hombre de personalidad compleja y angustiada. Atormentado por la idea de la muerte, su vida se debatió entre el existencialismo y la fe en Dios, la cual sufrió grandes crisis. Le preocupa el conocimiento de la personalidad humana y el tema de la inmortalidad, que se opone a la razón.
Política y religiosamente cayó en dudas y contradicciones que lo llevaron a actitudes extremas: agonía, angustia y zozobra por una parte, frente a contemplación, búsqueda de la paz y misticismo por otra. Vivía el desgarro de lo opuesto apasionadamente en su interior.

¿Qué escribe?
Plasmó su inquietud interior en casi todos los géneros literarios.
 Novelas.- En la mayor parte de ellas proyecta sus propios problemas personales. Para huir del realismo del XIX crea un tipo de novela, al que llama "nivola", en el que elimina el paisaje, el ambiente y se centra en los diálogos. Las más destacadas son: San Manuel Bueno, mártir; La tía Tula, centrada en el tema de la maternidad espiritual; y Niebla, tema de la personalidad humana.
 Ensayos.- En ellos desarrolla más directamente sus inquietudes y preocupaciones. Por un lado, sobre el tema de España, los más importantes son: En torno al casticismo y Vida de Don Quijote y Sancho. Por otro lado, abordan el tema de la personalidad humana y el conflicto razón/fe: Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo.
 Poesía.- Su lirismo tiene un acento más emocional que musicalidad propiamente dicha. Importa más la idea que su expresión formal, lo que le hace caer en cierto descuido. Destaca el extenso poema El Cristo de Velázquez.
 Teatro.- También este género quiso cultivarlo despojándolo de todo lo que él consideraba accesorio: trajes, decorado, tramoya..., lo que realzaba la idea de base pero empobrecía el espectáculo. Su mejor obra es Fedra, sobre el mito clásico de la madrastra que se enamora del joven hijo de su marido.

Su vehemencia temperamental queda reflejada en la viveza y expresividad de su lenguaje: antítesis, juegos de palabras, exclamaciones, paradojas..., con un fondo lírico muy personal. Su estilo es austero, sobrio.

Antonio Machado
1875 - 1939
 Antonio Machado 
Nace en Sevilla. Muy niño, se traslada a Madrid con su familia. Recibe su formación en la Institución Libre de Enseñanza. Tras una breve estancia en París logra la cátedra de francés en el Instituto de Soria, donde se enamora de Leonor, primer amor de Machado, con la que se casa y de la que enviuda muy pronto. Se traslada a Baeza (Jaén), Segovia y Madrid. Al estallar la guerra civil, por sus ideas liberales progresistas tiene que huir a Francia, donde al poco tiempo morirá en Colliure.
Comparte su amor por Castilla con los hombres del 98, viendo en ella un símbolo de España, junto al recuerdo enamorado de Leonor. Machado era de carácter introvertido, dado a la reflexión, buen profesor y, por encima de todo, un excelente poeta.

¿Qué escribe?
Su obra poética se recoge en cuatro libros y varios poemas sueltos.
Su primer libro, Soledades, ampliado en Soledades, galerías y otros poemas, manifiesta un cierto influjo modernista -estilo que cultivó ampliamente su hermano Manuel-. En él ya aparecen ciertos símbolos repetidos en sus poemas: el sueño, la fuente, el camino... Sus versos rebosan intimismo y melancolía.
En Campos de Castilla canta el paisaje y el pueblo castellanos. Reviste especial belleza el de Soria, donde al intimismo inicial le sucede un sentimiento amoroso y una visión más personal.
En Nuevas canciones recoge el estilo de la lírica popular para expresar su filosofía de la vida. Son interesantes los Proverbios y cantares, que recogen aforismos y sentencias breves:

Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

De un cancionero apócrifo reúne composiciones en verso y en prosa que pone en boca de dos personajes inventados, Abel Martín y Juan de Mairena. Incluye Canciones de Guiomar, nuevo amor de Machado.
Libros en prosa son Los complementarios, De un cancionero apócrifo y Juan de Mairena. Son reflexiones filosóficas sobre el hombre y sus problemas existenciales.
Escribió, en colaboración con su hermano Manuel, algunas obras de teatro sin gran valor, entre las que sobresale La Lola se va a los puertos.

Su estilo es sencillo y sobrio, condensando las ideas en frases concisas, cargadas de sentido. Huye del esteticismo en favor de la emoción profunda y auténtica.
En sus poemas utiliza la métrica más simple y popular: seguidilla, copla, soleá, romance, y algunos metros cultos: sonetos, silvas arromanzadas.