miércoles, 21 de mayo de 2014

Otras literaturas peninsulares

Como ocurrió con el castellano, parece ser que en la tradición oral catalana, gallega y vasca existían canciones de tipo lírico y poemas épicos.
A finales del siglo XIII empiezan a aparecer las primeras obras escritas en gallego y en catalán y que se desarrollan hasta finales de la Edad Media:

  • Los cancioneros galaicos, con alguna cantiga del siglo XII, y las Cantigas de Santa María del Rey Alfonso el Sabio.
  • Las obras del mallorquín Ramón Llull: Blanquerna, Ars Magna.
  • La poesía del valenciano Ausias March: Cant espiritual, Cants de mort.
El siglo XVI marca el momento de las primeras producciones vascas escritas, aunque está documentada la existencia de sencillas piezas de teatro y canciones populares en la etapa medieval. Existe una breve colección de poesías, Linguae Vasconum Primitiae, recogidas por un sacerdote vasco. El resto de los libros que aparecen hasta el siglo XIX son de tipo religioso o devoto.
Desde el siglo XVI hasta el XIX los escritores catalanes y gallegos escriben en castellano, por razones varias, aunque la lengua se sigue hablando a nivel familiar.
El siglo XIX, a partir del Romanticismo y su amor por lo local y regional, marca un momento de vuelta al cultivo literario en las lenguas peninsulares.
El rexurdimento gallego vino precedido por A gaita galega, de M. Pintos, y el Álbum de la caridad, que recoge todos los poemas de los juegos florales de La Coruña. Pero las tres grandes figuras fueron: Rosalía de Castro; Eduardo Pondal, poeta, autor de Queixumen dos pinos, donde aparece un poema, Os pinos, letra del himno gallego; y Manuel Curros Enríquez, poeta y periodista, autor de Aires da miña terra, poemas de línea social y reivindicativa.
En la renaixença catalana destacan Jacinto Verdaguer y Narcís Oller, creadores de una lengua catalana culta y popular, y Joan Maragall, poeta de transición al siglo XX.
El resurgimiento vasco con José María Iparraguirre, de quien toma el pueblo vasco el poema Guernikako arbola, que se canta como himno.

 Rosalía de Castro 
La literatura gallega alcanza uno de sus momentos más esplendorosos en el siglo XIX con Rosalía de Castro.
Nace en Santiago de Compostela en 1837, de padres desconocidos, criándose con unos campesinos cerca de Padrón. Más tarde la reconoce su madre, con la que vive en Padrón. Este primer abandono y el rumor de quién podría ser su padre influyen en su melancolía y amargura, tan características en su vida y en su obra.
Conoce a Bécquer en Madrid y desde entonces se dedica totalmente a la poesía. Se casa con un historiador gallego, del que tiene seis hijos. Vuelve a Galicia, donde moriró en 1885 llorada por todo el pueblo.
Tres son los libros que le dan fama, dos en gallego, Cantares gallegos y Follas novas, llenos de sentimiento regional con la naturaleza gallega de fondo a la injusticia social, el problema de la emigración, la pobreza..., y uno en castellano, En las orillas del Sar. Une pesimismo y melancolía en una lírica exquisita.

Airiños, airiños, aires,
airiños da miña terra;
airiños, airiños, aires,
airiños, leváime a ela.
Sin ela vivir non podo,
non podo vivir contenta;
que adonde queira que vaia
cróbeme unha sombra espesa.
Cróbeme unha espesa nube,
tal preñada de tormentas,
tal de soidás preñada,
que a miña vida envenena.
Leváime, leváime, airiños,
como unha folliña seca,
que seca tamén me puxo
a callentura que queima...

 La literatura gallega en el siglo XX 
La literatura gallega del siglo XX cuenta con autores de reconocida fama y que llevan al gallego al momento de máximo esplendor en distintos géneros, especialmente con la generación Nós. Estos autores son:

En poesía
Celso Emilio Ferreiro, con el libro de poemas Longa noite de pedra, en defensa del uso de la lengua gallega, es uno de los mejores poetas del XX.
Noriega Varela, también poeta, sobre todo de paisajes y la vida rural.

En prosa
Los grandes narradores son Álvaro Cunqueiro -escribe en gallego y en castellano-, y Otero Pedrayo, quien escribe relatos en gallego, como Camiños da vida.

En ensayo
Brillan Rof Carballo y Ramón Piñeiro.

Mercé Rodoreda
1908 - 1983
 La literatura catalana en el siglo XX 
Empieza una nueva etapa de esplendor alrededor del 1960 con escritores de la talla de Salvador Espriu, que impulsa la recuperación de los propiamente catalán en la literatura.
Se cultivan con éxito todos los géneros literarios.

En poesía
Brillan Gabriel Ferrater y, sobre todo, Pere Gimferrer.

En prosa
Está representada por novelistas de la talla de Llorenç Villalonga con Bearn o La sala de las muñecas, y Mercé Rodoreda con la Plaça del Diamant, entre otras.
A finales del siglo XX, también son famosos escritores de la talla de Montserrat Roig y Manuel de Pedrolo.

Teatro
En el mundo del teatro, uno de los autores más destacados es Josep Mª Benet i Jornet con Revolta de bruixes (Motín de brujas), criticando la situación de las mujeres de la limpieza.

 La literatura vasca en el siglo XX 
A principios de siglo se cultiva especialmente la poesía, donde destaca el poeta Ormaechea, que escribe un largo poema dedicado a los vascos, Euskaldunak.
Otros poetas son J. M. Aguirre y, sobre todo, Gabriel Aresti, con sus libros de poemas Harri eta herri (Piedra y pueblo) y Harrizko herri hau (Este pueblo de piedra). Poetas más jóvenes son Mikel Azurmendi y Xabier Lete.
La novela empezó siendo costumbrista, con un mundo rural idealizado. En esta línea se encuadra Domingo Aguirre con Kresala -retrata un pueblo pesquero- y Garoa.
José Luis Álvarez Amparanza sitúa la novela en línea existencialista con Leturiaren egunkari ezkutua (Diario secreto de Leturia). Otros narradores son Salvador Saizarbitoria y A. Lertxundi.
Como dramaturgo destaca Salvador Garmendia con Historia triste bat (Una triste historia), puesta en escena por el grupo Jarrai.