miércoles, 30 de mayo de 2012

La poesía lírica. La influencia italiana

En el siglo XVI se produjo una profunda renovación de la poesía castellana. En 1526, el poeta catalán Juan Boscán se entrevistó con el embajador veneciano  Andrea Navagero, quien le sugirió que empleara en castellano los metros italianos. Así lo hizo Boscán, quien a su vez invitó a su amigo Garcilaso a seguir su ejemplo. De esta manera se instauró una corriente poética de corte italianizante caracterizada por el uso de poemas y estrofas basados en el verso endecasílabo: sonetos, canciones, tercetos encadenados, octavas reales...
Los principales representantes de esta corriente italianizante fueron Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León.


Garcilaso de la Vega
Garcilaso fue el gran renovador de la poesía castellana en el Renacimiento. Hombre de letras y de armas, encarnó el ideal renacentista del cortesano. Y su poesía, exquisita y llena de musicalidad, le valió la fama de "príncipe de los poetas castellanos".
Nació en Toledo el año 1501. Participó junto al emperador Carlos en numerosas campañas militares. Estuvo enamorado de Isabel Freyre, una dama portuguesa que fue la musa inspiradora de su poesía. Este amor y la posterior muerte de su amada causaron al poeta un profundo dolor.
Garcilaso residió en dos ocasiones en Italia y allí tuvo ocasión de conocer de cerca la cultura italiana, que tanto influyó en su poesía. Murió el año 1536 a consecuencia de las heridas que le produjeron en el asalto a una fortaleza del sur de Francia.


Sepulcro de Garcilaso en la iglesia
 de San Pedro Mártir (Toledo)
La obra de una vida breve
La obra de Garcilaso se reduce a una epístola, dos elegías, tres églogas, cinco canciones y treinta y ocho sonetos. De esta corta producción destacan las églogas primera y tercera.
Las églogas son composiciones poéticas dialogadas en las que unos pastores hablan de sus amores desdichados en el marco de una naturaleza idílica. Pertenecen, pues, al género pastoril.

  • La Égloga primera nos presenta a dos pastores, Salicio y Nemoroso, que se duelen de su triste suerte. Salicio se queja de los desdenes de su amada Galatea y Nemoroso llora la muerte de Elisa. Ambos pastores representan al propio Garcilaso en dos momentos de su vida.
El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando.
  • La Égloga tercera nos muestra una naturaleza en armonía. La acción transcurre en un paisaje idealizado, lleno de árboles, a orillas del Tajo. De las aguas apacibles y transparentes del río surgen cuatro ninfas que tejen tapices en los que representan motivos mitológicos relacionados con el amor y la muerte.
Un estilo armonioso
De acuerdo con el ideal renacentista, el estilo de Garcilaso se caracteriza por la naturalidad, que contrasta con la artificiosidad de la lírica cortesana del momento. Sus versos están dotados de una musicalidad suave y armoniosa y de un ritmo pausado, remansado. Sus poemas respiran la misma suavidad y armonía que los paisajes que describe:


Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas...


Fray Luis de León
Fray Luis de Léon, fraile agustino, continuó la tradición inaugurada por Garcilaso, armonizando en su obra el espíritu renacentista y el cristiano. Persona de amplia cultura, conocía las lenguas clásicas y el hebreo, y en su tiempo fue muy apreciado por sus traducciones y por las obras que escribió en latín.
Nació en Belmonte (Cuenca) el año 1527, y pasó la mayor parte de su vida en Salamanca, de cuya universidad fue catedrático. Su vida estuvo marcada por una constante contradicción entre su anhelo de paz y las continuas intrigas en las que se vio envuelto. Fruto de estas intrigas fue la denuncia que sufrió ante la Santa Inquisición por haber traducido la obra bíblica el Cantar de los Cantares. Debido a esta denuncia, Fray Luis permaneció casi cinco años en prisión, al cabo de los cuales fue absuelto. Murió en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) en 1591.
En medio de la agitación de su vida, Fray Luis reflejó su ansia de paz en estos famosos versos:


¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!


Fray Luis de León
Universidad de Salamanca
La obra de Fray Luis: Renacimiento y cristianismo
Fray Luis escribió en prosa y en verso, pero debe su fama a su obra lírica. Él concedía escasa importancia a sus poemas (los llamaba sus "obrecillas"), pero actualmente son sus obras más valoradas.
Sus poesías tratan como tema básico el ansia de paz, de infinitud, de unión con Dios. Entre ellas destacan Vida retirada, que nos presenta la naturaleza como un lugar de reposo en el que el alma aspira a la fusión con lo infinito; Noche serena, que expresa la añoranza de la gloria a través de la contemplación de una noche estrellada; y Oda a Francisco Salinas, que refleja la elevación espiritual a través de la música.


Un estilo depurado
El propio Fray Luis formula en sólo tres palabras el ideal estético al que aspira: claridad, armonía y dulzura, cualidades que únicamente se consiguen mediante la selección:


Dicen que no hablo en romance porque no hablo desatadamente y sin orden, y porque pongo en las palabras concierto y las escojo y les doy su lugar; porque piensan que hablar romance es hablar como se habla en el vulgo, y no conocen que el bien hablar no es común, sino negocio de particular juicio, ansí en lo que se dice como en la manera como se dice; y negocio que de las palabras que todos hablan elige las que convienen y mira el sonido dellas, y aun cuenta a veces las letras, y las pesa y las mide y las compone para que no solamente digan con claridad lo que se pretende decir, sino también con armonía y dulzura.