Biografía: https://escriturayescritoresbiografias.blogspot.com/2024/07/dolores-redondo.html
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Edición original: 2013
—Amaia —llamó la voz de niña triste.
Estiró su mano pequeña hasta tocar el pasamanos y emprendió el ascenso del último tramo mientras escuchaba cada vez con mayor claridad el tac, tac. Un paso, otro, casi al ritmo que marcaban los golpecitos hasta que llegó arriba. Entonces Ibai comenzó a llorar de nuevo y ella vio que su llanto procedía de la cuna, que en medio de la amplia habitación se balanceaba de un lado a otro, como si una mano invisible la meciera con fuerza hasta llegar al tope de madera que la frenaba. Tac, tac, tac, tac. Corrió hacia allí extendiendo los brazos para intentar frenar el balanceo de la cunita y entonces la vio. Era una niña, llevaba un camisón que era el suyo, se sentaba en un rincón del ático, el pelo rubio le caía por los hombros hasta la mitad del pecho y lloraba en silencio lágrimas tan densas y oscuras como aceite de motor, que se derramaban sobre su regazo empapando el camisón y tiñéndolo de negro. Amaia sintió un dolor profundo en el pecho al reconocer a la niña que era ella misma, muerta de miedo y abandono. Quiso decirle que no llorase más, que todo pasaría, pero la voz se quebró a mitad de su garganta cuando la niña alzó el muñón que quedaba del brazo que le faltaba y señaló la cuna en la que Ibai lloraba enloquecido.
—No dejes que la ama se lo coma como a mí.
Amaia se volvió hacia la cunita, y tomando al bebé corrió escaleras abajo mientras oía a la niña repetir su aviso.
—No dejes que la ama se lo coma.
Y mientras descendía a trompicones con Ibai apretado contra su pecho vio a los otros niños, todos muy pequeños y tristes que, alineados haciendo un pasillo, la esperaban a los lados de la escalera, y sin decir nada alzaban entre lágrimas sus brazos amputados mirándola con desolación. Gritó, y su grito atravesó el sueño y la sacó, sudada y temblorosa, de aquel trance con las manos apretadas contra el pecho como si aún portase a su hijo, con la voz de la niña clamando desde el inframundo.