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Erasmo de Rotterdam (1466-1536) Humanista, rechazó la falta de libertad de pensamiento, debido a la autoridad de una Iglesia Católica anclada en la Edad Media. |
Todas estas consideraciones prácticas no son ajenas ni a la esencia del libro ni al ambiente cultural y social en que se compone. Al fin y al cabo, son justificables artísticamente las observaciones de Castro, Bataillon y Gilman sobre el anonimato deliberado puesto que tenemos aquí un libro riquísimo en aspectos artísticos, un libro verdaderamente revolucionario en su tiempo y revolucionario en su concepción. No queremos descartar algunas interpretaciones artísticas en la presencia de posibilidades prácticas, puesto que el arte por su esencia se nutre de la imaginación y de la invención.
Sobre la forma autobiográfica hay más que decir. Hubo otras obras contemporáneas del Lazarillo y anteriores a ella que utilizaron la forma autobiográfica, pero en el caso del Lazarillo esta forma autobiográfica está dotada de una gran originalidad donde el lenguaje se adapta a este recurso. Ortega y Gasset, en un ensayo sobre el género picaresco, notó la unicidad de esta forma autobiográfica que se identifica con un ser que contempla la vida desde abajo arriba con ojos de rencor. Perspectiva alterada, coloreada por los deseos, anhelos, frustraciones y fracasos de quien mira. Y esta perspectiva en el Lazarillo, por razones religiosas, sociales, económicas, será a ras de tierra, ligada a un sentido de la vida ínfima y anti-heroica.
Francisco Ayala ha subrayado que, técnicamente, el gran hallazgo de esta forma autobiográfica es el énfasis cambiado de la narración objetiva a la narración subjetiva. Lo importante no es lo que pasa, sino a quien todo esto pasa.
Otra observación que cabe hacer sobre este aspecto singular de la obra es lo que han llamado Martín de Riquer y Claudio Guillén, la "pseudo-biografía", ya que la historia de este "yo" narrador-personaje, sería una historia no deseable, una vida con la que nadie quisiera identificarse.
Marasso asocia la forma autobiográfica con fines cómicos, identificando la novela con la autobiografía cómica. El efecto último de este procedimiento es crear la impresión de una vida verdaderamente vivida. De Haan, impresionado por el éxito de este recurso en manos del autor, termina comentando que el Lazarillo es la biografía verdadera de un pregonero en las cercanías de Toledo por el año 1538. Tal es el efecto convincente de este recurso primordial y fundamental de la obra.